Con una notable asistencia de público, la localidad ribereña celebra esta jornada cumpliendo su tradición su romería en un día caluroso; aunque sigue sin estar muy claro el motivo de la misma.
Como es tradición hace muchos años, Quintanilla de Tres Barrios celebraba este sábado Día de la Atalaya. Una romería que esta entidad local perteneciente a San Esteban de Gormaz concita la atención de un buen número de vecinos y también de foráneos.
Hay connotaciones que sitúan a esta jornada entre un posible hecho bélico o la celebración de un simple acontecimiento. La procesión es presidida por insignias de tanta raigambre como el pendón y el estandarte parroquiales, encabezando la comitiva camino de la torre vigía, epicentro emblemático de una fortaleza erigida en plena línea fronteriza del valle del Duero que fue marco de luchas y batallas para hacerse con el control del poder. También hay algunas pinceladas más que corroboran la hipótesis de que esta tradición pudiera estar vinculada con la partida de las huestes para luchar contra los infieles.
Tras salir la comitiva del templo parroquial, las mujeres despiden a los varones tras oír misa en la ermita cercana al cementerio y regresan al pueblo, al tiempo que ellos enfilan el camino hacia la torre vigía. y lo hacen en procesión, orando y cantando, para pedir suerte en la contienda.
Así permanecen los asistentes a lo largo de un tramo del trayecto. Tiempo en que el tañido de las campanas se deja oír para dar firmeza al evento. Un vez en el enclave lo que sigue es un almuerzo de hermandad entre los asistentes que se dan cita para conmemorar la que pudiera ser la tradición más antigua del pueblo. Tiempo para explayarse y saborear el buen yantar del almuerzo aderezado por el caldo de la cosecha en un marco dimensional desde donde la extensa panorámica alcanza a divisar fortalezas tan emblemáticas como el castillo de Gormaz o el de San Esteban, no lejos de la Atalaya.
Es historia acontecida que en plena recuperación y repoblación del valle del Duero el escenario en torno a la torre vigía fue foco de contiendas bélicas entre dos plazas estratégicas como Uxama y San Esteban. Desde este enclave se dejaría sentir el fragor de la batalla. Batalla la hubo, pero en los tribunales. Cuentan las crónicas que el concejo de Quintanilla consiguió una victoria determinante sobre el Honrado Concejo de la Mesta, allá por el año 1601.
Un litigio en el que la Chancillería de Valladolid falló a favor de los quintanillenses sobre un terreno situado junto a la torre , en el trazado de la Cañada Real, que la sociedad ganadera reclamaba como propio de paso obligado y estabulación del ganado y se quejaba de que había sido roturado por el común vecinal. Las pruebas concluyentes sobre las que se basó el tribunal para justificar la propiedad del terreno fueron que en el año 955 la Condesa de Castilla, Sancha Ballestero, mujer de Fernán González, otorgó carta puebla al Concejo de Quintanilla por la cual este terreno pasaba a ser de su propiedad. Concesión mencionada en el Libro de Memorias y en la Tabla de Aniversarios de la iglesia de San Miguel, de San Esteban de Gormaz, a cuya parroquia estuvo adscrita entonces y algunos siglos después Quintanilla de Santiesteban, que así se denominaba por entonces el pueblo.
Cualquiera de ambos hechos pudo ser el motivo de la celebración que sigue vigente y rememorando en la actualidad la gente de este pueblo.