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"Las botas están para usarse y repartir alegría"

"Las botas están para usarse y repartir alegría"

Actualizado 01/06/2017 20:50

La bota, la que arma las jaranas en San Juan, es elemento simbólico de las fiestas y consustancial a los usos y costumbres. Los cuatros César García y Pablo García nos cuentan las diferentes técnicas para pintarlas y conservarlas y sus mejores anécdotas

“Ahora se llevan unas botas de batalla que hace unos años eran de subastas caras”. Así resumen César y Pablo el boom que han vivido de un año a esta parte uno de los elementos más icónicos de las fiestas de San Juan, las botas de vino. César García y Pablo García, cuatros de La Cruz y San Pedro y La Mayor respectivamente, son dos de los habituales en esto de la decoración de las botas y ambos coinciden: “cada año son mejores”.

Cada año hay más gente que hace botas y mayor nivel artístico, señalan aunque ese dato contrasta con una realidad que ambos preocupa, cada vez se ven menos botas durante las fiestas. César hace cálculos, “entre las cuadrillas, peñas y algún grupo de amigos para cada San Juan se harán más de 400 botas nuevas” y reflexiona “yo no sé dónde se meten”. “Se tendrían que ver más botas en las calles” lamenta Pablo.

Cada cuadrilla encarga una treintena de botas, de ellas 4 (aunque en ocasiones son más) se reservan para ser subastadas el Sábado Agés. Ese es “el mayor orgullo” que pueden recibir todos aquellos sanjuaneros que invierten su tiempo en “hacer botas” aunque la tarea no es fácil. “Y que paguen, que paguen mucho” sube la puja César .

Técnicas y dibujos

Para decorar una bota hay diferentes técnicas. Las que más mima César las hace al óleo, “es una técnica que deja transpirar el cuero y esas botas duran mucho”. En su caso, Pablo las suele realizar en acrílico “bien diluido en agua para que la propia piel chupe la pintura y no se cuarte”, si se subastan los colores son muy llamativos y si se van a usar de batalla aguantan bien, señala. Otra de las técnicas muy utilizadas es el pirograbado, que da como resultados unas botas elegantes y “relativamente fáciles de hacer” asegura Pablo. “Son más rápidas pero como se te vaya la mano…” apunta César.

Sea cual sea el sistema, lo más complicado es adaptar el diseño a la superficie curva de la bota. Todo ello claro, después de tener la idea para el dibujo. “Lo difícil es encontrar algo que puede llegar a sorprender, está todo hecho” señala César. Monumentos de la ciudad, momentos de las fiestas y elementos sanjuaneros son los principales recursos que se pintan en las botas, “tienes que pensar en el jurados y ver qué es lo que más le puede gustar a ellos” confiesa César.

Pablo reconoce que con un par de botas cada año “busca sorprender” con algunos motivos más abstractos aunque reconoce que esas botas “diferentes” hay a gente a las que les encantan y a otras a las que “ni les van ni les vienen”. César, sin embargo, apunta que para las botas es “muy clásico”, le gustan los motivos de las fiestas.

"Las botas están para usarse y repartir alegría" | Imagen 1

La inspiración la encuentran en cualquier lugar, aunque hay un punto donde los dos la han encontrado, un lugar que nunca imaginaría el lector, el Hotel Mirador del Moncayo en Ólvega. “Yo vi un cuadro y dije, este hay que fusilarlo para una bota” señala Carlos en referencia a una de las botas que ha realizado este año a lo que Pablo añade “ese cuadro lo tengo yo también fotografiado”. “El cuadro lo vi en octubre”, continúa César, “entonces no te acuerdas de San Juan pero como sabes que alguna bota va a caer…”. Ambos coinciden en destacar la decoración del hotel de Emiliano Revilla y lo señalan como un buen lugar para “coger ideas”.

Recuerdos

“Yo de los recuerdos buenos buenos que tengo de las fiestas” rememora César “es en el callejón, en toriles: nuestros padres a la hora de almorzar siempre sacaban una bota de champán frío“– la boca comienza a hacérsele agua- “a la hora del tercer-cuarto toro, que ya hace calor, que el vino está caliente…. Con el gas el champán refresca y sabe a gloria”. Pablo también “maltrata” su bota el Viernes en la plaza, “todos los años, antes de que salgan los toreros voy a capilla y repartimos un poco de vino”.

Conservación

La conservación de la bota depende de cómo esté hecha. Las que van pintadas completamente con acrílico son, en palabras de César , “muy difíciles de conservar”. En consejo es vaciarlas, limpiarlas y conservarlas pegadas y a la hora e volverlas a usar tener mucho cuidado y hacerlo con calor progresivo. Antes de llenarlas, Pablo aconseja “un par de lavados de vino” aunque César tiene otra receta “sobre todo para las de óleo o pirograbadas lo mejor es agua con una gotita de anís y una de coñac e irgas girando cada 15 días”. Aunque los dos llegan rápido a un acuerdo “la mejor forma para que una bota no se estropee es usarla”.

"Las botas están para usarse y repartir alegría" | Imagen 2

Pablo García

Aunque ha estado varios años colaborando en diferentes cuadrillas, estos serán los primeros Sanjuanes que Pablo viva como cuatro, será en la cuadrilla de La Mayor, donde es jurado su amigo Carlos Romo. “Cuando me las dio ya le dije, te las voy a hacer como si fueran para mí”.

Pablo aprendió a pintar botas en uno de los primeros cursos impulsados por Asociación Jurados de Cuadrilla, fue un pirograbado, “la llevé todos las fiestas y después se la regalé a mi madre” recuerda. Ahora hace más de media docena cada San Juan, incluida la suya propia de la que no se separa en las fiestas y que luego guarda con cariño. “Me gusta entregarlas justo antes del Catapán” que sorprendan y que entren por los ojos.

A Pablo siempre le ha gustado la pintura aunque reconoce que ahora por ausencia de tiempo tiene casi abandonada esa pasión. Alguna vez le han pedido logotipos o paredes para el local, “eso se hace gustoso” señala. “Lo difícil es empezar pero cuando me pongo a pintar por las noches se me pasa el tiempo volando” y lamenta que muchas veces tiene que dejar de pintar “no porque estés cansado, pero al día siguiente hay que ir a trabajar.

Pablo recuerda con cariño una bota que realizó para las fiestas de 2014. Fue el año en que la cuadrilla de El Salvador encontró alcaldes de barrio in extremis, en el acto del Nombramiento. “A la salida de la Audiencia se me acercó el jurado (Ignacio Gutiérrez) y me dijo: espero que me hagas una bota buena”. Había poco tiempo pero aquella bota acabó en la subasta del Agés. “Al final has ayudado a sacar adelante las fiestas de un barrio” presume con lógico orgullo.

"Las botas están para usarse y repartir alegría" | Imagen 3

César García

César lleva el arte y las fiestas de San Juan en las manos. Son muchos años en cuadrilla, “da igual ser cuatro que quinto, porque trabajas igual” bromea, y casi siempre es uno de los encargados de la elaboración de la caldera. También deja su huella en los locales, este año han decidido dibujar el barrio en el local de la Cruz y San Pedro aunque seguramente el que recuerda con más cariño es el de La Mayor. “Eran otras épocas, no teníamos niños y le echamos muchas horas” ¿el resultado? Un espectacular local decorado con los principales monumentos de Soria dibujados con todo lujo de detalles, una auténtica obra de arte que ninguno de los jurados posteriores se ha atrevido a cambiar. Pero como buen artista todo comenzó con un borrón, literalmente. “La primera bota que hice la pinte con temperas” recuerda “pero no la impermeabilice con lo cual el primer día que salió la bota y se mejo parecía aquello un cuadro abstracto”.

Pintar botas es “una válvula de escape” sirve para salir un poco del ordenador y relajarse. Aunque César calcula que habrá hecho “más de 30 o 35 botas” precisamente no es de una bota suya de la que guarda un mejor recuerdo. “Fue hace dos años, para la cuadrilla de San Estaban” comienza a contar, “me dijo mi mujer que quería hacerles una” pero ella nunca había realizado ninguna. Estuve ayudándola y el resultado fue una bota que los jurados consideraron suficientemente válida para ponerla en la caldera. “Esa bota por supuesto me la quedé para mí, para usarla nosotros”.

César señala que aquella bota que no es esperada suelen ser las más especiales, “yo llego el día del Catapán y le digo: señor jurado, aquí tiene”. Asegura que esas botas, que se hacen de motu proprio y no por “compromiso” son a las que les pones más cariño.

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