El pedrisco cae con intensidad y notable calibre. El tráfico queda retenido en la N-234 antes de la rotonda en una borrasca que se deja notar también en Camaretas.
Conforme iba avanzando la media tarde de este jueves en la capital el cielo se iba oscureciendo y el viento comenzaba a levantar por el sureste. Poco a poco y tras unas tímidas gotas, los truenos hacían acto de presencia al igual que el granizo que comenzaba a caer pasadas las 19:00 horas.
El pedrisco, de gran calibre y que alcanzaba diámetros más que considerables por zonas, ha hecho que los viandantes hayan buscado cubierto al instante mientras que los conductores también trataban de poner a buen recaudo sus vehículos. Finalmente el granizo bajaba en intensidad dejando paso a la lluvia, que tras remitir cedía el turno a los truenos.
Con todo, en las carreteras cercanas a la ciudad se producían atascos y se podían ver vehículos debajo de los puentes, protegidos de los impactos. Igualmente, una gran balsa de agua impedía la salida del tránsito rodado en las orillas del Duero, cerca del Soto Playa, lo que hacía precisa la asistencia de los bomberos para despejar el enorme charco que dejaba a algún vehículo bloqueado.
Donde también la borrasca se ha dejado notar y con gran intensidad ha sido en el área comercial de Las Camaretas, en cuyos aparcamientos a cubierto algunas de las tapas de alcantarillado se llevantaban al no poder asumir la corriente de agua. También en el supermercado aparecían goteras. Testigos presenciales han señalado que el impacto del pedrisco sobre las cubiertas era "aterrador".
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