El centro ‘Santa Teresa de Calcuta’ pretende ser un lugar de acogida para mujeres con hijos que no pueden afrontar las necesidades básicas, siendo un espacio donde puedan vivir de forma “digna y segura”.
El obispo de Osma-Soria Abilio Martínez Varea, ha bendecido e inaugurado esta mañana de viernes la Casa-Hogar ‘Santa Teresa de Calcuta’ que Cáritas Diocesana pone a disposición de las “madres sorianas que están solas y no pueden afrontar de manera autónoma la crianza de sus hijos por encontrarse en situación de vulnerabilidad”, según ha asegurado el director de la organización asistencial en la provincia en Javier Ramírez.
Las instalaciones, están ubicadas en la capital, enclavada en la capital soriana “aunque preferimos guardar discreción en este asunto para proteger la privacidad de las madres y de los menores”, según Ramírez, nace como un servicio dirigido a acoger a féminas con menores a cargo que no pueden independientemente “afrontar las necesidades básicas, garantizándoles un lugar donde puedan vivir de forma digna y dándoles la seguridad que necesitan para comenzar un proceso de adquisición o de recuperación de su autonomía”.
En sus palabras, el obispo ha indicado que este proyecto nace de un convencimiento: “La fe sin obras está muerta; la fe tiene que cuajarse en obras pues, de lo contrario, no es fe”, ha recalcado, indicando que esta casa “busca ser un hogar de verdad, no una pensión. Busca que las mujeres que necesiten usar este recurso de nuestra Cáritas diocesana, se sientan en familia”.
Para el prelado, este servicio sirve para que “nuestro discurso sobre la familia no sea sólo eso, un discurso, sino una realidad, y hoy, con esta inauguración, mostramos a la sociedad soriana que nos interesa la familia”.
La responsable del proyecto, María Barrena, ha indicado que la casa-hogar pretende dar “respuesta a mujeres embarazadas o con hijos menores hasta los seis años de edad, monoparentales en situación de vulnerabilidad”. Así, ha significado que es “crecer en el sentimiento de hogar, como sentido y vivencia, donde encuentro el calor porque pertenezco, me siento protegido, puedo crecer si lo quiero, puedo aprender, compartir. Al faltar el aliento o la vivienda este calor-comunidad me envuelve, me apoya y me sirve de plataforma para volver a empezar”.
En la Casa-Hogar, que dispone de cuatro habitaciones, una sala de juegos, dos cuartos de baño, un salón y la cocina, “queremos trabajar con cada madre un plan de intervención para evaluar las necesidades básicas: ayuda en la búsqueda de empleo, cuidado de la salud, propia y del menor, ámbito legal, etc.”.
Las madres que pasen a vivir en la Casa-Hogar podrán residir un año prorrogable a otros seis meses, previa valoración de la responsable del proyecto y del equipo diocesano de Cáritas.
En estos momentos se está estudiando quiénes ocuparán la Casa-Hogar hoy inaugurada y que, previsiblemente, “podremos echar a andar en las primeras semanas de este verano”, según han avanzado.