Peña Ilusión: “Somos una gran familia”

50 años han pasado desde que un grupo de jóvenes de la Peña Poca Pena decidiese separarse de sus compañeros para fundar la Asociación Cultural Peña Ilusión. Una peña que comenzó con una treintena de socios y que en la actualidad cuenta con más de 500, cifra que sobre todo ha ido aumentando durante los últimos años, como el pasado, en el que unas 150 personas se unieron a la “gran familia” de la Ilusión.

Almudena Álvarez Navarro, la joven presidenta de la peña, lleva desfilando con el chaleco naranja desde su niñez y explica emocionada la ilusión que le ha hecho dirigir la peña en este año tan especial. Hoy, junto a ella, han desfilado los presidentes antiguos de la peña, algunos “más de cinco veces” al frente de la asociación, y el vicepresidente, Pierre Alberto Smith, un belga de madre rabaniza que abandonó su país natal a los 30 años para venirse a vivir a Soria definitivamente. “En El Bullicio tiene un americano infiltrado, pero en La Ilusión hay un belga”, cuenta Smith entre risas.

A las diferentes actividades que la peña naranja ha ido celebrando durante los últimos meses para conmemorar su 50 aniversario, hay que sumar la comida del Sábado Agés, a la que acudieron un total de 475 personas, y el sentido homenaje que esta familia le realizó a dos de los peñistas más antiguos, José Luis Izquierdo y Manoli Alonso, que como comenta Almudena “se han dejado los cuernos por esta peña”.

José Luis y Manoli han sido testigos de todo lo acontecido durante estos cincuenta años, y recuerdan ahora, rodeados por medio millar de personas, como hace años la peña estuvo a punto de desaparecer. “Para recibir la subvención del Ayuntamiento teníamos que ser más de 35 peñistas y un año solo fuimos 30, al final gracias a varios amigos y familiares de Los Que Faltaban, que se pusieron nuestro chaleco durante el recuento, pudimos continuar”.

José Luis guarda todo lo relacionado con la peña y San Juan, no ha faltado ni un solo año a las fiestas y nunca olvidará como el año en el que cumplía con el Servicio Militar se escapó todas las fiestas gracias a “una pequeña trampa”. “Mi hermana se casaba el Sábado Agés y para que me diesen un permiso más largo, me inventé que era el padrino”. Seguirá junto a Manoli en las filas de la naranja “hasta que la salud nos lo permita, según cuentan, y desean para su peña que “siga adelante y continúe durante muchos años más”.