Mantener una vida en pareja nunca ha sido tarea fácil. Pero, en la actualidad, la situación se vuelve más difícil. Las nuevas tecnologías, el fácil acceso a Internet y sus múltiples aplicaciones, hacen que sea muy sencillo conocer a personas con distintas culturas, puntos de vista y gustos.
De esta forma, el panorama de citas es más amplio y disminuye la cantidad de personas que se deciden por apostar por una relación monógama y estable. Pero los hay.
La vida en pareja, con sus altos y bajos, puede también ofrecer experiencias únicas y una mayor felicidad que las citas. Por eso, a pesar de los problemas y las tentaciones, existen personas intentando darlo todo por el éxito de la relación. Cuando se presentan inconvenientes o desacuerdos, es fácil confundirse y no saber si continuar o parar. Todas las parejas pasan por esos momentos. A continuación reunimos algunos de los más comunes.
Puede existir, aunque la pareja insista en que el problema es otro. La falta de comunicación, por pequeña que sea, es la base de muchos de los desacuerdos que se producen en una relación. Incluso en ocasiones, una sencilla conversación puede poner fin al asunto. Pero si no se trata a tiempo, puede resultar muy perjudicial.
El hecho de acudir a terapia de pareja siempre es una buena opción para tratar este punto. Pero también es recomendable para intentar comprender la situación desde la perspectiva de la otra persona. La empatía es clave. Y si no puedes sentirla por la persona con la que compartes tu vida, quizás los problemas son más profundos de lo que se pensaba.
Es importante, también, saber hablar desde el respeto. Independientemente de los problemas que se atraviesen, tu pareja se trata de una persona importante —o debería serlo—. Evitar hablar con desprecio, rencor o incluso insultos puede tener buenos resultados.
Las inconformidades en la relación provocan inevitablemente problemas en la cama. Cuando hay resentimiento, molestias o traiciones, lo normal es que una de las personas involucradas no quiera tener relaciones. Sin embargo, existen ocasiones en que los distintos gustos durante la interacción empiezan a generar distancias entre las dos personas que forman parte de la relación.
Uno de los desacuerdos más comunes tiene que ver con el apetito sexual. Cuando cada persona tiene diferentes niveles de deseo, es difícil alcanzar el placer pleno mutuo. Esto puede deberse a enfermedades o por efectos de tratamientos médicos. Muchas responsabilidades en la jornada diaria también pueden causar cansancio y falta de ganas en una de las personas. Y la llegada de niños al hogar suele generar un declive en la libido. Las terapias pueden ayudar a superar la falta de deseo.
En los hombres, hay un trastorno bastante habitual que puede afectar al placer de ambas partes: la eyaculación precoz. Frecuentemente, quien padece este problema busca soluciones para lograr durar más en la cama. Existen métodos artificiales que pueden cambiar la dinámica a corto plazo. Pero si se busca una respuesta a largo plazo para evitar la eyaculación precoz, lo recomendable es optar por técnicas naturales. Hay muchos consejos en Internet que ayudan a manejar los inconvenientes generados por la eyaculacion precoz.
Puede que este sea el obstáculo más grande que atraviesa una pareja: pensar en el futuro. Esto incluye metas, sueños, trabajo, ciudades, niños y más. Aunque no es necesario saber todos los detalles sobre el futuro desde un comienzo, es importante que al menos las perspectivas sobre las cosas más básicas estén bien definidas.
En la vida en pareja siempre se deben hacer concesiones y sacrificios. Pero lo que se obtiene a cambio debería de tener mucho más valor. Si estás seguro de que la otra persona es con quien quieres compartir tu vida, debes evaluar qué metas de futuro estás dispuesto a cambiar y cuáles no. Llegar a un acuerdo mutuo no debería de ser tan difícil, y tiene que ser capaz de mantener felices a ambos miembros de la relación.
Aunque ver los problemas comunes en un listado resulta abrumador, no surgen todos al mismo tiempo. La vida en pareja aporta más momentos de felicidad que desacuerdos. Con el tiempo, llegan más responsabilidades. Pero ese mismo tiempo que se comparte hace que ambos se conozcan mejor que a nadie más y consigan la solución de una forma mucho más sencilla.