Si te gusta viajar y lo hades tan a menudo como puedes, es probable que en algún momento te toque pasar por un retraso o, incluso, la cancelación de tu vuelo.
Esta situación puede estropearle las vacaciones a cualquiera, aun así, te contamos cuáles son tus derechos como consumidor para que sepas qué puedes hacer si alguna vez te ocurre.
Puede ocurrir que cuando llegues al aeropuerto el día de tu viaje te encuentres los mensajes “delayed” (retrasado” o “cancelled” (cancelado) en la pantalla. Si este es el caso, debes tener claro cuáles son tus opciones: lo primero que debes hacer es intentar llegar a un acuerdo con la aerolínea para que te busquen plaza en otro vuelo o que encuentren la forma de hacer que puedas llegar a tu destino. Si en este punto la compañía no te ofrece alternativas o éstas no te parecen una solución adecuada, puedes pedir una indemnización.
La cantidad que la compañía aérea debe abonarte en función de la distancia que tengas que recorrer está estipulada por la ley. Es muy importante que sepas lo que te corresponde debido a que muchas aerolíneas tratarán de negociar para embolsarte la menor cantidad posible. Si quieres saber qué cantidades se corresponden con qué distancias, sigue leyendo:
Aun así, las compañías aéreas no están obligadas a indemnizarte en todos los casos. Estas son algunas de las circunstancias por las que no recibirías compensación en caso de que cancelasen tu viaje:
Recibes la notificación con dos semanas de antelación.
En cuanto a los retrasos, todo depende de la cantidad de tiempo y de la distancia. Por ejemplo, en los vuelos de corta distancia, puedes reclamar a partir de las dos horas. Sin embargo, en los de larga distancia, el mínimo está en las cuatro horas. Si se diese esta eventualidad, la aerolínea debe proporcionar a los pasajeros tickets restaurante para que los usen en los establecimientos del aeropuerto y además, tienes derecho a realizar dos llamadas telefónicas gratuitas.
Si el vuelo se retrasa hasta el día siguiente, la compañía está obligada a proporcionarte alojamiento (si no estás en tu ciudad de residencia) y transporte hasta el aeropuerto al día siguiente.
Por todo esto que hemos mencionado merece la pena guardar el billete, la tarjeta de embarque y cualquier factura que generes para poder presentarlos en caso de que tengas que poner una reclamación. A pesar de todo, estas cosas no deben quitarte las ganas de viajar; ten en cuenta que se trata de una información útil sobre algo que, en realidad, no tiene por qué pasar.
Dicho esto, ¿sabes ya a dónde irás este verano? Si te apetece hacer una escapada para desconectar y disfrutar de las vacaciones sin que tus ahorros se resientan, puedes recurrir a los créditos rápidos, ya que son muy sencillos de conseguir y te permitirán olvidarte de las preocupaciones del día a día y disfrutar al máximo del verano.