Dicen tu nombre desde el despacho y empiezas a tener sudores fríos. Tu entrevistador te pregunta por tu viaje hasta la entrevista y tu voz se entrecorta mientras le das una respuesta débil.
Estás nervioso, y lo que es peor: se nota. ¿Qué hacer en estos casos? ¿Cómo hacemos para calmar los nervios? Hemos hecho una lista con estos 7 consejos útiles para mantener la calma y no dejar que los nervios te estropeen una entrevista de trabajo que sabes que podría ir mucho mejor. ¡Toma nota!
Dedícale un tiempo a preparar la entrevista pidiéndole a un amigo o a un familiar que repase contigo las preguntas más comunes en entrevistas de trabajo. Esto te ayudará a sentirte más seguro al dar las respuestas y a saber qué decir exactamente sin titubeos ni respuestas parciales, algo muy habitual cuando te pillan desprevenido y con la guardia baja.
Piensa bien en tus respuestas, y después escríbelas. Léelas un par de veces en voz alta e intenta contestarlas sin leerlas después. No se trata de que te aprendas una respuesta de memoria, ya que si algo se te olvida, todo tu castillo de naipes se podrá venir abajo durante la entrevista. Sé natural y entiende bien lo que estás contando. Al fin y al cabo, ¿quién mejor que tú para hablar de ti y de tu trayectoria y expectativas? Es bueno tener feedback, así que pide a alguien adopte el rol de entrevistador y te haga esas preguntas para contestarlas como si estuvieras en la entrevista de trabajo.
Imagínate en la entrevista contestando tranquilo y correctamente a las preguntas. Puedes llevártelo un paso más lejos e intentar imaginarte consiguiendo el trabajo y progresando en tu carrera profesional, siguiendo el método conocido como ‘Tablero de visión’. Este método sirve principalmente para ordenar tus aspiraciones y sueños y adoptarlos en tu vida personal y laboral. Expresarlo de manera visual te permitirá atraer hacia ti elementos y situaciones que te gustaría ver en tu presente y en tu futuro.
Cuando estás nervioso, tu cuerpo responde con una respiración acelerada. Si queremos calmar nuestros nervios deberemos tomar aire y tratar de respirar, ya que si percibimos una pregunta o situación incómodas como una amenaza, nuestro instinto será reaccionar con sudor y pulsaciones aceleradas. Una vez te concentres en respirar de manera más pausada tomando más aire, tus pulsaciones irán volviendo a un estado normal y podrás controlar los nervios.
Un asesor profesional puede ayudarte con las preguntas de la entrevista, así como cualquier duda que puedas tener sobre el proceso de contratación, y darte consejos útiles para mejorar tus habilidades de presentación y de expresión en público. Este tipo de ayuda te vendrá bien no sólo para la entrevista, sino para enfrentarte a otros retos y problemas que puedas tener. Descubrir cuáles son nuestros patrones de comportamiento nos ayudará a entender cómo somos en nuestra vida personal y en el trabajo. Si no quieres tirar de ahorros siempre puedes recurrir a créditos rápidos sin papeles, pensados para gastos de este tipo.
Antes de entrar en la oficina para hacer la entrevista, dedica unos minutos para llamar a un amigo o algún familiar. Una llamada informal y distendida te animará y te ayudará a mantener la calma. Haz bromas o habla de un recuerdo común que tengas con esa persona, la risa te relajará y te ayudará a disipar tus nervios, ¡prometido!
La tensión provoca que tu cuerpo se vuelva rígido y tu postura sea antinatural, y si estás tenso durante la entrevista tu cara lo reflejará. Para dejar de estar sólido como una roca y estar algo más cómodo durante la entrevista, estira los brazos, el torso y las piernas. Céntrate en relajar cada parte de tu cuerpo que notes algo más tensa de lo normal y ve relajándolas progresivamente con estiramientos suaves.
Probablemente sea lo último que te apetece hacer durante una entrevista de trabajo, pero es una de las mejores opciones que tienes para combatir el estrés (incluso si la sonrisa es forzada). El solo hecho de sonreír te ayuda a sentirte mejor y no sólo te relaja, sino que ayuda a reducir un número de pulsaciones elevado. Así que si durante las entrevistas tu corazón va a mil, una simple sonrisa te ayudará (y a tu entrevistador) a mantener un encuentro más relajado y natural.