Artículo de Roberto Vega
¿Qué prefieres, lector, la línea recta o la curva; inventar caminos o conservarlos; crear aficiones perdurables o conformarse, quejarse?
Whitman Dylan se fue de caminata el sábado 2 de septiembre (a recordar: el Numancia-Almería; la Soria-Valonsadero; el España-Italia; fiestas en muchos pueblos). He aquí una extravagancia: andar por viejos caminos hasta llegar a una aldea vecina. Único es el atardecer, el avistamiento de otras aldeas, el goce del ejercicio físico, la tranquilidad del campo, el beber agua de otra fuente, la melancolía que uno siente cuando ve irse a otros lejos de aquí…
Pongo otro ejemplo, la línea recta que traza el IGN desde Fuensaúco hasta Aldehuela de Periañez es de 5 km, el camino más corto de 6, el elegido por Whitman de 7. En una ocasión, sentados entre el ábside de la iglesia del siglo XII y la fragua moderna, alguien comentó: “¿y si hiciéramos algo perdurable para nuestros hijos?” Y si hiciéramos rutas, andando y en bici, por las aldeas que nos rodean… Y si nos ponemos de acuerdo con estas aldeas… Y si hacemos un taller de reparación de bicis, o de estiramientos musculares, o de naturaleza, o de arte, o de juegos populares… Y si utilizamos las escuelas olvidadas, los viejos cordeles, los lavaderos en desuso… Y si demostramos que todo se puede mantener en el tiempo… En nuestro viaje oímos rebaños, el secretario juega plácidamente al frontón con varios zagales, unos ancianos toman el sol, el tiempo parece lento…