La quema de los ‘Diablillos’ preludia unos días de buen tiempo en la localidad del Moncayo, donde todos tienen un espacio en calles y peñas.
Ágreda iniciaba de manera ‘oficial’ sus fiestas en honor a San Miguel en la tarde de este jueves con el pregón a cargo de la peña ‘El Miedo’, precisamente en el año que cumple 25 años.
Una arenga pronunciada en el balcón del ayuntamiento y donde se resumía el devenir de esta agrupación que tiene su sede en la calle de ‘Los Zapateros’, en el centro del recorrido de los encierros de reses bravas.
En la alocución han sido recordados los fundadores y tampoco han faltado comentarios sobre su actividad en el recorrido de las vaquillas por las calles, citando los comentarios que surgen cada año en el trazado y que son aceptados de buena gana por los aficionados cuando no ven pasar al ganado bravo, debido a que en tiempos era dividido en la sede de la peña. Un divertido discurso en el que han lamentado el cierre, hace tiempo, de la casa consistorial durante los encierros, algo distinto de lo que ocurría hace años.
A renglón seguido se soltaba el chupinazo que era recogido con júbilo e ilusión de grandes y pequeños en la plaza Mayor agredeña.
Sin embargo, la cita más entrañable que da la salida a estas jornadas se producía con el encendido de la pira de la quema de los ‘Diabillos’, a la par de la medianoche, donde los nacidos y vecinos de la localidad que cumplen ahora cincuenta años de edad prendían la hoguera que incineraba a tres muñecos, caracterizados, además del demonio, por una pareja con el uniforme de la Banda de música municipal. Calor de intensa lumbre en la plaza de San Miguel, en una noche con buenas temperaturas, y también en los corazones y en los ánimos.