La EPA del tercer trimestre, “positiva” para FOES

Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicados este jueves “son positivos” para la provincia según han reseñado en la Federación de Organizaciones Empresariales Sorianas. Unos datos que reflejan respecto al segundo trimestre del año una disminución del paro en 2.300 personas, y que es una cifra dato que va acompañada de números “también positivos, a nivel regional y nacional, con una caída del desempleo de 17.000 personas y de 182.600 personas respectivamente”.

En el análisis de la patronal en la comparativa anual, las estadísticas de la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre de 2016 registraban 4.700 desempleados en Soria “lo que indica que se ha reducido el número de parados en 1.000 personas, dado que según las cifras hoy publicadas en la EPA el número de parados en este tercer trimestre de 2017 es de 3.700 personas”.

Para FOES, la dinámica en la “mejoría de la situación del mercado laboral” se refleja también en los datos de ocupación, que “continúan progresando al alza desde el primer semestre de 2016 en el que había 34.600 ocupados hasta las estadísticas de hoy, con 41.200 personas ocupadas”. Una cifra que ha recordado “se aproxima a los datos previos a la crisis en nuestra provincia, concretamente a los datos del tercer trimestre de 2009 en el que se registraban 41.500 ocupados”.

Porcentualmente, la tasa de paro de Soria es del 8,29 %, un 2,67% menos que en el tercer trimestre de 2016 en el que la tasa era del 10,96%. Así, “es evidente que la evolución y la tendencia de creación de empleo, muestran datos esperanzadores pero estas cifras deben continuar mejorando en los meses venideros”.

En la patronal soriana han insistido que la creación de empleo es la “fórmula” de crecimiento y generación de riqueza y desarrollo “que nuestra provincia necesita”. Por este motivo consideran que es “fundamental” trabajar para que esta tendencia se mantenga, “impulsando la actividad empresarial y priorizando las políticas encaminadas a reforzar la productividad y competitividad de las empresas, y su capacidad de contratación”.

Unas premisas que premisas que dependen en gran medida de “las condiciones del entorno en el que desarrollan su actividad y, en concreto, del ajuste y estabilidad de sus costes y fiscalidad, de las cargas administrativas que soportan, del acceso a la financiación y de los incentivos a la contratación así como de un marco regulatorio que favorezca las decisiones de inversión y que impulse la creación de puestos de trabajo”.