¿El cambio climático llega a Soria para quedarse?

Rosas abiertas en los jardines de Duruelo, ¡En pleno mes de noviembre! Flores silvestres a finales de diciembre..., ¡A más de dos mil metros de altitud! O arroyos secos en la sierra de Urbión, ¡En enero!

Son algunos detalles que llaman la atención al meteorólogo aficionado local de Duruelo, Agustín Sandoval. Ya nadie duda de que el tiempo está cambiando, también en Soria. Así lo afirma, con cierto vértigo, el Centro Meteorológico de Castilla y León.

“Se están prolongando los veranos significativamente, con temperaturas otoñales más calurosas, por encima de la media. En Soria sumamos tres otoños anómalos seguidos”, apunta Sandoval. Las tendencias también indican que cambiará la manera de precipitar lluvia, en menos días, con fenómenos más extremos y chubascos más intensos y tormentosos, debido a la mayor temperatura”. Seguramente, los frentes también se acercarán a la provincia de forma más desordenada y más espaciosa.

Los datos de tendencias del Centro de Meteorología de Castilla y León también apuntan a que la innivación será menor, y la nieve será más infrecuente en alturas más bajas, en lugares donde no hace muchos años caían nevadas más abundantes y prolongadas.

“En Soria arrastramos dos años sin nieve en Urbión, en altitudes de unos 1.800 metros”, ratifica Sandoval, “a ver qué pasa este invierno”. Y por eso cree que el pantano de la Cuerda del Pozo está como está, muy seco, con los restos de las paredes de las casas de La Muedra al descubierto, al igual que la torre de la iglesia y el imponente tronco de un olmo, que aún se conserva a pesar de estar bajo las aguas.

Sandoval explica que el pantano soriano se llena con la nieve de la sierra de Urbión, y las intensas lluvias que suelen caer de diciembre a marzo en a zona, que, con la nieve existente , provocan riadas que bajan al embalse.

El Centro Meteorológico de Castilla y León afirma que todavía no hay registros sistemáticos, que permitan concretar cómo va a ser el cambio climático en la Comunidad o en la provincia de Soria.

De momento son tendencias, pero que dejan datos y curiosidades muy llamativas a quienes están muy pendientes del tiempo y del entorno. Por ejemplo, que, en Duruelo, el mes de octubre ha tenido el día con menos humedad relativa del año, con tan sólo un 8%, que es una cifra “más propia del Sahara”, explica Sandoval.

Asimismo, ha detectado que los pinos albares cada vez crecen más arriba, en la sierra de Urbión, colonizando ya el monte a los 2.000 metros de altitud. Sea el cambio climático, o el hecho de que haya menos ganado en el monte, lo cierto es que las alteraciones de la climatología también pueden empezar a notarse en el paisaje, respecto a lo que hasta ahora podíamos considerar lo normal.

Según Sandoval, se está detectando en el monte y su pradería. Lo habitual es que a estas alturas, en noviembre, estén reverdecidos, en lugar de mostrar una color agostado, consecuencia de la prolongación de las condiciones climáticas de la estación estival..

Oscilaciones térmicas

El incremento de las temperaturas, con más días despejados por el día, que permiten más fácilmente la marcha del calor del suelo por las noches, y en situaciones anticiclónicas, puede propiciar oscilaciones térmicas entre las temperaturas máximas y mínimas muy grandes.

Así, el pasado miércoles 25 de octubre se alcanzó en Duruelo una mínima de -1,7 grados, mientras que la máxima rozó los 25 grados, casi 27 grados de diferencias entre el momento más frío y el más cálido.

En lo que va de año, las precipitaciones caídas en Duruelo han sido 650 litros por metro cuadrado. “No está mal”, matiza Sandoval, aunque el problema es que “han caído mal”.

Aunque es pronto para sacar conclusiones, quienes tienen más contacto con el monte y el campo, consideran que se están evidenciando cambios en los ciclos naturales de la vegetación. La tendencia es que se adelante la cosecha de cereal o la recogida de la uva.

Las proyecciones del cambio climático que se barajan para la zona mediterránea de España, en la que puede incluirse Soria, de acuerdo con la información que tiene el Centro Meteorológico regional, parece que prevén olas de calor más frecuentes y de más duración, que se combinarán con fríos extremos más ocasionales, que incluso pueden ser heladas más severas, debido a que la menor nubosidad contendrá menos el calor del suelo.

Emisiones CO2

De todos modos, son procesos con una temporalidad muy larga, por lo que aún cabe tener esperanza en que el impacto del cambio climático sea mínimo. Dependerá, según se indica desde el Centro Meteorológico de Valladolid, de las emisiones de CO2 que se produzcan en los próximos años y décadas. No hay datos estadísticos suficientes, para concretar cómo pueden ser los cambios climatológicos en Castilla y León o en Soria, en las próximas décadas. Dependerá de la capacidad que tenga Europa y el mundo para reducir la emisión de dióxido de carbono.

Dependiendo de las estimaciones que se hagan, con incrementos o no de las emisiones del dióxido de carbono (C02) a la atmósfera, las temperaturas medias anuales pueden elevarse en el mundo entre 0,3 y 1,7 grados, hasta finales del siglo XXI y teniendo de referencia mediados del XIX (1850).

Las organizaciones ecológicas internacionales están muy pendientes de que los organismos mundiales puedan ser capaces de gestionar la reducción del CO2 en la atmósfera, a corto plazo. Una de las líneas de trabajo de la que se habla es la de ‘premiar’ e ‘incentivar’ a los territorios que contaminen menos y fomenten el mantenimiento y expansión de sus masas forestales. El oxígeno que producen los bosques absorben, compensan y mitigan las emisiones de dióxido de carbono.

Precisamente, Soria y Castilla y León podrían recibir esas compensaciones económicas por mantener bosques, si alguna vez se pusieran en marcha medidas de ese tipo. En algún momento se ha hablado de ello en Europa, en el contexto de debates sobre políticas agrarias y territorios desfavorecidos.

Pero, de momento, lo que toca es mirar al cielo, y esperar que llueva.

El pantano vacío, un atractivo turístico más

Cientos de personas se están acercando al embalse de la Cuerda del Pozo, para ‘disfrutar’ de la visión de un pantano vacío, que permite ver las construcciones que quedaron inundadas, como la ferrería de Vinuesa, que hace algunos años perdió su emblemática chimenea de ladrillo.