Pies...¡Para qué os quiero!
Los pies, especialmente en invierno, son los grandes olvidados de nuestro cuerpo. Para evitar problemas de salud y estéticos, toma conciencia de su cuidado diario y semanal con los siguientes consejos. Da un paso al frente presumiendo de pies. Un artículo de Lorena Martínez.
El pie está fisiológicamente hecho para andar descalzo. Pero el hombre encierra a sus pies dentro del calzado. Por ello, el utilizar un zapato adecuado tiene una importancia primordial. Un buen zapato debe ser alto, de cuero o materiales flexibles que faciliten la transpiración en todo momento. Debe estar provisto además de un buen contrafuerte interior, con tacón bajo y llevar cordones o algún tipo de sujeción. El conjunto del zapato debe ser bastante rígido e indeformable. En el adulto el calzado ya no puede usarse como instrumento preventivo de corrección, sino que debe adaptarse al pie de forma que no lo traumatice.
El zapato femenino tipo zalon o estileto, fino en su punta y alto de tacón, es una verdadera catástrofe fisiológica. El pie calzado de este modo tiene tendencia a deslizarse hacia delante precisamente hacia el punto donde se estrecha el calzado, favoreciendo el roce y las deformaciones. Si un zapato tiene un tacón con una altura superior a 5 cm., el uso constante de estos zapatos produce una carga adicional sobre el arco transversal del empeine, y en la parte frontal del arco longitudinal del mismo.
También puede dar lugar a dolores de espalda, ya que modifican la postura natural del que los lleva. Al comprar unos zapatos se debe comprobar que no aprieten el talón, que no impidan la movilidad de los dedos y que sujeten correctamente el arco del pie.
Pedicura
La pedicura en casa es una costumbre que no solo alivia de sus dolencias a las personas que sufren de los pies, sino que también supone un gesto de belleza para esta parte tan importante. Se aconseja realizar estos cuidados por lo menos una vez a la semana, ya que unos pies cuidados y sanos siempre serán más bellos.
Para realizar una pedicura casera se necesita un recipiente donde introducir los pies a remojo, crema de uñas, varilla limpia uñas, algodón, cortacutículas, lima, piedra pómez y una crema hidratante que podemos encontrar en el mercado especialmente para esta zona de nuestro cuerpo. Si no disponemos de ella, podemos utilizar incluso la hidratante que tenemos habitualmente para las manos.
En primer lugar deben lavarse los pies en una palangana llena de agua tibia, uno después de otro, y secarlos bien entre los dedos. Seguidamente se aplica una crema de uñas remuevecutículas y, pasados unos minutos, con el extremo en punta de la varilla limpia uñas envuelto en algodón, se debe empujar hacia atrás la piel de las cutículas. Esto permitirá a la uña crecer libremente.
A continuación, con un cortauñas de acero, se recortan las uñas en forma recta. Si se recortan en forma ovalada o redondeada crecerán hacia dentro y podrán clavarse en la carne. Las uñas deben dejarse al nivel de las puntas de los dedos. Luego se liman los bordes rugosos de las uñas con una lima de esmeril manteniendo la forma cuadrada. Al terminar, se limpian con alcohol o acetona, y se aplica una crema en las uñas friccionándolas con un suave masaje para impedir que se sequen y descamen.
También se puede suavizar las durezas o callos de las plantas con piedra pómez o con una lima y por último se debe aplicar una crema hidratante, frotando los pies con movimientos circulares suaves desde los dedos hasta el tobillo.
El cuidado e higiene de los pies es muy importante para nuestra belleza y salud. Deben lavarse con agua y jabón una o más veces al día.