De entre las distintas rutas que presenta el monte mágico de Soria, una de ellas, compuesta de unos 7 kilómetros, le permite descubrir al transeúnte lugares emblemáticos de ese paraje natural como la fuente del puente del canto o la fuente del oro.
Se dice que Valonsadero es el monte mágico de la provincia de Soria. Ese paraje, que vive armónicamente con la naturaleza soriana, permite aventurarse en un sinfín de rutas, indicadas unos metros más allá de la Casa del Guarda, zona recreativa del escenario natural. De entre los distintos senderos que ofrece Valonsadero, el transeúnte podrá optar por la ruta por los manantiales estacionales y las fuentes naturales.
Una ruta formada por unos 7 kilómetros halla en el monte soriano las fuentes y manantiales de carácter natural, cuyo entorno ha sido restaurado. Antes de iniciar tal camino, a pocos metros de la Casa del Guarda, el Aula Ambiental o el Centro de Interpretación, se encuentra el puente más antiguo de toda la extensión natural, el Puente de Pedrajas, realizado en el siglo XVI.
Una ruta, restaurada en 2011 por las principales fuentes de Valonsadero. No hay pérdida, pues ese camino de unos 7 kilómetros queda adecuadamente señalizado. Se inicia la ruta desde la Cabaña del monte, donde se reproduce una maqueta con las respectivas rutas.
El primer recurso encontrado es la Fuente de la Zorra, compuesta de tres bloques de piedra arenisca de los que sobre el central se asienta otro con un bajo relieve de una zorra. Desde esa estructura, el viajero podrá observar el Pico Frentes. Más allá, la Fuente del Canto, que da nombre el mismo puente que se encuentra en la zona. La Fuente del Oro, que es la principal fuente de todo el paraje y cuyo nombre se asocia a la calidad de su agua o la Fuente de la Cueva Gallina, que no mana del suelo sino que el agua discurre a través de la roca que la alberga para depositarla en una pequeña poza, marcan el sendero.
Unos 4 kilómetros más adelante, la Fuente de la Tejera, con tres bloques de piedra arenisca, y más alejada, la Fuente del Cubillo, la más costosa de recuperar al no conservar su piedra original. Entre fuentes y bellotas, el árbol más característico del monte de Valonsadero, donde fluye la naturaleza y el agua de las fuentes.