El acebo es uno de los productos de la provincia que más ha crecido en popularidad durante los últimos años. Pero la campaña de este año podría dar al traste con los esperanzas de muchos. Si se cumplen las previsiones los kilogramos recolectados podrían sufrir un descenso que superará el 50% respecto al pasado 2016.
Rojo y verde. Colores navideños por excelencia y protagonistas de uno de los recursos endógenos de la provincia que más peso está ganando en los últimos años, el acebo.
Por su nombre en latín el ‘Ilex aquifoliumcon’ es menos reconocido, pero ya desde la antigüedad este arbusto de hoja peremne y espinosa, madera muy pesada y bayas de alta toxicidad para el humano, siempre ha tenido connotaciones mágicas. Para los celtas el acebo era sagrado y se utilizaba en el solsticio de invierno para atraer suerte y prosperidad. Tiempo después, se le rodeó de un aura protectora: los setos y cercas de acebo, de endrino y espino negro sirvieron antaño para vallar villas y granjas porque la creencia apuntaba a que aislaban la casa de intrusos y la protegían de acechanzas de brujas y malintencionados.
Según el Mapa Forestal de España, este arbusto figura como especie principal en cerca de 1.600 hectáreas en Soria, aparece como especie acompañante en otras 2.430 hectáreas, y por su facilidad de dispersión a través de la fauna está presente, aunque sea con presencia más escasa, en otros muchos montes.
Tal ha sido la expansión del acebo soriano durante los últimos años que los ayuntamientos comercializadores decidieron unirse para ganar fuerza en la promoción del producto. Con la marca de garantía Acebo de Soria, impulsada por PROINERSO, se pretende concienciar sobre la forma más adecuada de explotación para una mejor conservación del recurso natural. Un distintivo que, a pesar del crecimiento del producto, no está funcionando todo lo bien que cabría esperar.
Martín Las Heras, alcalde de Oncala y vocal de la Mancomunidad de Tierras Altas, se muestra contundente: “Dentro de la marca de garantía cada uno funciona por libre, sacando provecho de la forma que estima más conveniente. La comunicación entre las personas es nula y para que se pudiese mejorar en comercialización habría que trabajar en este sentido.”
El acebo de Soria va ganando en reconomiento y también en clientes pero, este año, podría producirse un frenazo en seco de esta progresión ascendente. Las condiciones climatológicas, nefastas para otros sectores como el micológico, tampoco han sido nada favorables para el que nos ocupa. Un año hidrológico históricamente seco y una primavera cargada de heladas han propiciado que la floración del acebo sufriese sus consecuencias.
Las previsiones no pueden ser más pesimistas. Después de una campaña, la de 2016, que se consideró histórica con 30.460 kilos recogidos, los pronósticos indican que la de este año podría ser peor incluso que la del 2015, cuando tan sólo se recogieron unos 2.000 kilogramos escasos.
Raquel Merino, socia administradora de la empresa Sendas Vivas, encargada de comercializar el acebo en Oncala, plantea una situación desastrosa. “La falta de lluvias ha tenido unas consecuencias tremendas sobre el acebo de la zona. Este año, la posibilidad de abrir nuevos mercados se ha convertido en una ilusión a descartar”, pues según señala, “sólo podemos mantener clientes, pues lo más seguro es que no podamos recoger ni 800 kilos. Nos han llamado muchas personas interesadas en el producto que ofrecemos pero ahora mismo sólo podemos mantener a los clientes fieles”.
Otra de las principales empresas de la provincia en comercialización de acebo es ‘El Acebarillo’. Ellos se encargan de la gestión del parque del Acebal de Garagüeta, además de darle salida al producto, bien al natural o después de su transformación. Su gerente, Cristina Martínez, asegura que “este año el acebo no podrá salir de la provincia. Tan sólo recogeremos un 25% de lo que se poda durante una campaña normal. La naturaleza es la que manda y hay que adaptarse, pero no podremos salir a mercados tradicionales como el de la plaza Mayor de Madrid”.
Resulta conveniente aclarar que el acebo dejó de estar protegido en la Comunidad en el año 2015. No obstante, no todo el mundo puede llevarse ramas a casa. Para permitir su aprovechamiento sostenible, los acebales de la provincia se ordenaron por medio del ‘Plan Dasocrático de los Acebales’, aprobado en 1996. Este año, aunque todo indica que no se llegará ni de lejos al límite, se permiten recoger 34.730 Kg.
A pesar de estas malas previsiones, la comarca de Tierras Altas sigue apostando de forma decidida por la explotación económica y social del acebo.
Durante este puente de diciembre (del 8 al 10) la población de Oncala se convierte en el centro del mundo del acebo, sus calles se decoran con guirnaldas, coronas e inmensos árboles y se celebra su feria anual con la navidad como núcleo absoluto.
Este año la cita alcanza su décima edición y espera poder superar la cifra récord de 3.000 visitantes que se registraba el pasado año. “Estamos asustados con las reservas. La feria sigue creciendo y Oncala no puede decepcionar”. Son palabras de su alcalde, Martín Las Heras, que saca pecho ante la cifra de participantes. “80 personas se caracterizarán para el Belén. Esto significa que más de 60 vendrán de ex professo para participar en la Feria”, señala.
Una muestra en la que se podrán comprar acebo elaborado y en planta, adornos tradicionales, dulces navideños, alimentos de Tierras Altas, artesanía, y el tradicional ‘potorro’.
Las actividades más esperadas son el Belén Viviente, la ruta por el acebal y los talleres de centros decorativos. Pero el programa se completa y este año quiere tener como invitados de honor a los más pequeños. Como novedades se incluyen el concierto de Manolo Madrid del domingo, espectáculos, cuentacuentos y un espectacular iluminatus deseos.