Vinissimus propone los 10 mejores vinos para disfrutar estas navidades

Aunque según el “Barómetro del consumo de vino online” realizado por Vinissimus, el 93% de los encuestados se decanta por el vino tinto en invierno, estas navidades podemos sorprender en nuestras cenas y comidas con un buen vino blanco o un fino champagne.

Vinissimus, el eCommerce líder en Europa en venta de vino español online, nos propone 10 vinos perfectos para compartir en estas fechas. Diez aciertos seguros con los que triunfar en las mesas navideñas.

• Estos días no debería faltar un buen cava, un rico champagne o un gran vino tinto en nuestras cenas.

• El Hombre Bala, O Luar Do Sil o Château Brane-Cantenac, entre la selección de los mejores vinos que propone Vinissimus

Cava: Difícil imaginar una Navidad sin burbujas, ¿verdad? Pero vayamos un poco más allá, busquemos un cava con carácter, especial, como el Agustí Torelló Mata Gran Reserva Barrica 2011, un monovarietal de macabeo (viura) con un 40% del vino base criado en barricas de roble francés. Cremoso, envolvente y personal.

Champagne: Quizás en algún momento nos apetezca más un espumoso francés, pero su precio nos haga dudar. Con el Charlot-Tanneux Expression no debemos preocuparnos demasiado, pues, pese a su extrema calidad, su precio es contenido. Con un coupage clásico, y fruto del cultivo biodinámico, fascinará a cualquier entendido.

Blanco ligero y aromático: Para los aperitivos, los entrantes o incluso como copa de bienvenida, no encontraréis mejor compañía que la de un blanco seco, perfumado y de paso delicado, un blanco como O Luar Do Sil 2016, el nuevo vino blanco de Pago de los Capellanes, en Valdeorras.

Blanco estructurado, con crianza: A menudo nos encontramos con un plato demasiado intenso para un vino blanco ligero, pero demasiado suave para un tinto corpulento. Es entonces momento de apostar por el L'Avi Arrufi Blanc Fermentat en Barrica 2014, una magnífica garnacha blanca de la Terra Alta, ahumada y untuosa como pocas.

Un rosado todoterreno: ¿Qué podemos hacer si nos encontramos ante un plato en el que se combinan el pescado y la carne? Un rosado de cierta estructura bien puede ser la respuesta. PradoRey Rosado 2016 combina los tonos torrefactos de la barrica con el frescor de los frutos rojos y un seductor tacto láctico.

Tinto elegante, clásico: Esa botella que todo el mundo espera encontrar en una mesa y que se agradece sobremanera. Un gran vino, como por ejemplo, el Luis Cañas Gran Reserva 2010, el equilibrio perfecto entra la tradición de las largas crianzas y las tendencias más actuales.

Tinto sorprendente: Puede darse el caso de que esperemos comensales muy aficionados al vino y queramos impactarles con un tinto atípico. En ese caso, El Hombre Bala 2015, una garnacha austera e intensa de Madrid, puede ser una gran baza.

Tinto potente: Existe un buen número de consumidores enamorado de los vinos tánicos, voluminosos y bien estructurados. Priorat o Toro son dos regiones vitivinícolas especialistas en este tipo de vino. Para estas fechas nos inclinamos por la segunda, con su San Román 2014, el tinto estrella de la bodega iniciada por el gran Mariano García.

Vino dulce: Llegado el momento de los postres, nada mejor que un vino dulce, pero no uno pesado, sino uno elegante, fino y seductor que nos pueda funcionar con la mayoría de platos, como el Perelada Garnatxa de l'Empordà 12 Anys.

Una joya: Pensemos en el día más especial de las fiestas, en el momento de recompensarnos por todo el trabajo y el estrés acumulados durante el año: es la hora de descorchar un gran vino, una botella memorable, una verdadera joya llamada Château Brane-Cantenac 2014, un tinto de Burdeos, de la AOC Margaux, una de las más reputadas del Médoc francés. Aromas de cerezas, tabaco y grafito visten a este espléndido second cru.

La Navidad también es época de regalos, por eso escoger uno de estos vinos para regalar a algún amigo o familiar es un gran acierto. Según datos del “Barómetro del consumo de vino online” el 90% de los encuestados ha elegido el vino a la hora de hacer un regalo; si casi todo el mundo lo hace… ¿por qué no seguir con la tradición?