Cross urbano: La Dehesa
Artículo de opinión de Roberto Vega.
Guarde esta imagen: tres camionetas del Deporama entrando a las 08:45 h.; no había nadie por la ciudad, salvo el grupo de jueces en la Casa del Guarda desembarcando para la decisiva organización del circuito. Todas las manos que se echen serán pocas para encintar troncos de árboles, levantar arcos o vallas y clavar varillas de hierro sobre el cuidado firme vegetal. El juzgamiento es materia reservada para la Delegación Soriana de Atletismo.
El sol calentaba tibiamente; la hierba vestía una frágil capa de helada. Los seguidores del maestro chino que se dedican a despertar el cuerpo con movimientos básicos se retiraron cuando las 9 cadetes empezaron la jornada de Atletismo Escolar luciendo un dorsal novedoso para mí con el logotipo de Numancia 2017, el centro escolar al que pertenecen y el nombre completo del atleta.
San Esteban de Gormaz hizo alarde publicitario con su carpa blanca, mostrando unos chandals chulos y aportando un buen grupo que me recordó a los venerables tiempos de Domingo Crespo al frente de las casacas rojas arévacas del Burgo de Osma.
Vivimos un momento majestuoso. La participación escolar, mediocre; la afluencia de público, correlativa a la anterior. Compartimos un escenario envidiable y envidiado, inmejorable para entrenar por la tarde y desdeñado por demasiados populares para competir por la mañana.
Es campo a través. Los atletas entrenan, pero una táctica equivocada nos deja fuera del pódium. Esto es atletismo.