La puesta a punto tras los excesos navideños

Si quieres saber si existe el Santo Grial en la pérdida de peso ya de entrada te diremos que no. Es importante que respetes tu cuerpo, evites dietas milagro para así evitar su efecto rebote, y adoptes una alimentación equilibrada con ejercicio regular si realmente deseas perder peso donde quieres. Solo el compromiso con ejercicio y una dieta acorde a tus objetivos te ayudará a mantenerte en forma. La constancia es la clave del éxito.

Se recomienda asesorarse antes de empezar a hacer ejercicio por nuestra cuenta, además de acompañarlo de una dieta adecuada que puedes consultar con un nutricionista y tomar conciencia de que, para obtener resultados, será necesario trabajar con nuestro cuerpo como mínimo un año. Hay que decir la verdad siempre y utilizar herramientas de coaching para evitar venirnos abajo. Además, tendremos que tener en cuenta que cuando empecemos a ejercitarnos, la pérdida de grasa será mucho más difícil de erradicar donde más acumulada esté. Vamos, que ipso facto no conseguiremos unas piernas que quiten el hipo, si es ahí donde más grasa tenemos. Porque la genética, esa herencia que nos puede llevar por el camino de la amargura a la hora de subirnos a la báscula, también será crucial en el camino hacia una silueta 10.

La rutina

Es importante que elijas tu rutina de ejercicio ideal. Por ello es importante que consultes con un experto. Acude a un gimnasio o ponte en manos de un entrenador personal. Nadar en la piscina, patinar, ejercitar en las máquinas de gimnasio o realizar largos paseos, si tenemos mucho sobrepeso, será una de las soluciones en los inicios hasta la recuperación de la línea ideal.

Solo el tiempo y el esfuerzo te darán la solución. Aunque lo mejor es recurrir al asesoramiento de profesionales para evaluar qué pasos se han de seguir, también se recomienda ejercicios cardiovasculares como el spinning o el Body Pump, así como las pesas, para consumir calorías mientras tonificas tu cuerpo. Además, cabe recordar que para perder peso, se deben quemar más calorías de las que se consumen, y el deporte es la mejor manera de conseguirlo. Además, hacer yoga y otros ejercicios de relajación, te puede ayudar a controlar la ansiedad y a ejercitar tu mente para evitar los odiosos ataques de hambre durante la dieta.

Un truco muy eficaz es que a la hora delas comidas principales del día escojas platos pequeños que den la sensación de estar más llenos. De esta forma comerás menos.

No se debe recurrir a Internet o libros milagro para asegurar una dieta acorde a nuestras metas. Tampoco jugarán a tu favor los productos de sustitución de nutrientes, la eliminación total de hidratos de carbono o, en menor medida, los preparados alimenticios. Si confías en métodos poco fiables, puedes acabar con cetosis ( el cuerpo no recibe azúcares, tu pH se vuelve más ácido de lo normal, el cerebro no recibe glucosa y terminas mareada con nauseas); o con problemas de hígado y riñones si optas por los complementos proteínicos. Acudir a un nutricionista es básico para saber qué dieta es la que nos conviene según nuestro objetivo.

Además, necesitamos un proceso de adaptación a los cambios de alimentación. Si respetas unas pautas saludables, el resultado no será rápido pero sí efectivo. Hay que evitar dietas que provocan ansiedad; o que propician su abandono por aburrimiento o porque la vida social no permite hacerlas. La constancia y la paciencia son claves.