César Ibáñez, 19 de mayo de 1963, nació en Zaragoza, está licenciado en Filología Hispánica y es profesor.
P: ¿Qué es lo último que hace antes de acostarse?
R: Lavarme los dientes.
P: Cuando tiene una tarde libre, ¿a qué le gusta dedicarla?
R: Pasear, leer, ver cine...
P: ¿Libro o película?
R: Yo las dos cosas, no hay ninguna incompatibilidad
P: Recomiéndeme un libro y una película
R: ¿Uno solo? La película es una de David Lynch que en España la tradujeron como `Una historia verdadera´. Lynch es un cineasta muy raro, pero esta película es totalmente lo contrario de lo que suele hacer. Es una película clásica, lenta..., que pretende contar lo esencial de la vida a través de los ojos de un viejito. A mi me parece una película maravillosa, y por otra parte me da mucha rabia porque creo que este tío podría ser un puñetero genio del cine y se ha puesto a hacer cosas raras...Libro... ¿solo uno? Me quedaría con los cuentos de Borges.
P: ¿Qué música pone cuando se ducha?
R: No, cuando me ducho escucho la radio. La música me gusta, yo soy de Jazz y de Johann Sebastian Bach.
P: ¿Cuál es su palabra favorita?
R: Esa es difícil. Árbol me parece maravillosa.
P: Si pudieras viajar en el tiempo, iría al pasado o al futuro.
R: Al futuro no que me da miedo, y lo digo en serio. Iría al pasado.
P: ¿A qué época o a qué momento?
R: Qué se yo, pues a un corral de comedias de Madrid. Al corral de la Cruz o al corral del Príncipe a principios del XVII a ver el estreno de `El perro del hortelano´ de Lope de Vega.
P: ¿Cómo era en el colegio?
R: Pues un 'empolloncete'.
P: ¿Recuerda algún profesor?
R: Sí, claro. Los profesores está bien que sean variados. Si eres medianamente inteligente aprendes de los buenos pero también puedes aprender de los malos. La idea, además de aprender asignaturas, es ver una cierta manera de ser y eso también ayuda a formarse. Yo recuerdo un profesor muy particular, que tenía un poco de cojera y que para muchos era un poco de ogro, que tenía una ironía y una mala leche que seguramente hoy no le permitiría y yo aprendí muchísimo de él.
P: ¿Es muy fiestero?
R: No, además en cuanto hay mucha gente me agobio un poco. Con poca gente lo que haga falta pero... ¿Se puede decir que las fiestas de San Juan no me gustan? Los agobios, los follones, la gente borracha..., no me atraen lo más mínimo.
P: ¿Quién ha influido más en su forma de ser?
R: Algunos amigos y amigas.
P: ¿Cuál fue la mayor lección que le enseñaron sus padres?
R: Realismo
P: ¿Y qué no le enseñó nadie y tuvo que aprenderlo a base de palos?
R: La verdad es que he tenido mucha suerte y la vida me ha dado pocos palos. Mentiría si dijera lo contrario.
P: ¿Cuál es el mayor éxito que ha tenido en su vida?
R: Por un lado lo que he escrito, para que vamos a engañarnos, y por otro lado mis hijos.
P: Dígame algo que no soporta.
R: Los petardos, yo no iría a las Fallas ni aunque me invitaran.
P: En qué rincón de la provincia le gusta perderse.
R: Los Royales, el camino hacia Golmayo.
P: ¿Cuál es su momento del año favorito?
R: El otoño, octubre es bonito.
P: Dígame un lugar del mundo que le haya impresionado.
R: No voy a ser muy original, pero a mi me gustó mucho Lisboa y Roma. No he hecho viajes exóticos, solo he estado en Moscú y Estambul.
P: ¿Tiene algún lugar pendiente en su lista de viajes?
R: Pues América, no he estado nunca, así que cualquier sitio. Nueva York, Buenos Aires, Costa Rica...
P: Sabría recitarme una estrofa de un poema de Machado
R: De memoria solo me sé los más evidentes:
“Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar. Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante, no hay camino, sino estelas en la mar.”