Cross duro: Los Llamosos

Nunca antes vio Whitman Dylan tanta nieve aquí. Frío, mucho viento y épocas de gloria participativa sí, como identidad propia de un terreno exigente y sacrificado para los atletas. Y tampoco, en estos casi últimos diez años como entrenador, habían conseguido los suyos tantos puestos de honor. ¿Trabajo, pundonor, fortuna?

Lo demás permanecía inalterado. Una revuelta en la carretera y ya estabas viendo la silueta del pueblo en lo alto. La Delegación Soriana de Atletismo había llegado hacía una hora. Los vecinos distribuyendo café y caldo caliente ya tenían las parrillas con todo lo demás preparándose. Luis Ángel Tejedor viniendo de revisar el circuito montado en la dumper justo en el instante en que prendía una enorme tronca de carrasca.

¿Por qué razones vinieron a correr, a participar, a curtirse, a honrar la actividad física más esencial de nosotros humanos todos los que participaron en este circuito con más de diez centímetros de nieve? ¿Por qué insistieron en prepararse durante las semanas previas para ahora enfriarse los pies, respirar aceleradamente, hundirse con dificultades sobre una nieve tan pura mientras bajan, suben, otra vez suben y vuelven a bajar animados por la esperanza asombrada de tan pocos espectadores?

Campo a través de San Antón. Con la sensibilidad administrativa de los empleados públicos de Deportes se fomentó la participación disponiendo de transporte público a todas las familias que responsablemente hicieron uso.