La nieve no sólo ha causado problemas en la AP-6. El comienzo del año también fue complicado en las carreteras sorianas. La historia de José Ángel Velasco es especial. Él consiguió que el 6 de enero no se colapsase la N-122. Ahora le han llegado dos cartas en agradecimiento de la Guardia Civil y Subdelegación.
Las 82 máquinas quitanieves que suman entre Diputación Provincial, Junta de Castilla y León y Estado velan durante el invierno para que los más de 3.300 kilómetros de carreteras sorianas se mantengan limpias de nieve y hielo. Más de 800 profesionales se implican en cada campaña de vialidad invernal. Pero este esfuerzo no siempre es suficiente pues, como la tradición oral se encarga de recordar, no se puede poner puertas al campo, y muchas veces las condiciones meteorológicas son tan adversas que hacen inútil cualquier esfuerzo humano.
Pero es entonces cuando aparecen los verdaderos héroes, esos que dejan a un lado sus intereses personales y empresariales para echar una mano. Eso fue lo que hizo José Ángel Velasco, gerente de Grúas Numancia, el pasado 8 de enero. Una llamada le alertaba a las 15:30 de un accidente en la N-122, más adelante de Fuensaúco. Esto le obligaba a montarse en su grúa y enfrentarse al temporal en la carretera. Pero antes de llegar a ese punto, explica el protagonista, “me encontré con otro incidente en el que había implicados unos seis coches, un tráiler y un quitanieves, cada uno estaba hacia un lado y todos invadiendo la calzada”.
Con el quitanieves fuera de juego y la carretera colapsada, el cierre de la vía era inminente. Además, los vehículos estaban ocupados por conductores y acompañantes, y en uno de ellos viajaban tres niños acompañados de sus padres. José Ángel no se lo pensó y “primero liberé un carril para facilitar el trabajo de las emergencias, y poder llegar yo hasta el primer aviso. Ya de vuelta, llené el coche de gente y los traje a Soria para que, por lo menos, estuviesen a cubierto. Al matrimonio con los tres niños les tuvimos en la nave bastante tiempo”. Ese día trabajó más de 6 horas de forma ininterrumpida. Un esfuerzo que sólo se puede hacer "dejando intereses personales y económicos a un lado", reconoce José Ángel.
Después de 30 años en el sector y 14 en los que fue voluntario de Cruz Roja, no es la primera vez que le llega una carta en agradecimiento a su labor, pero sí es la primera que estas misivas las recibe con el sello de la Guardia Civil y de la Subdelegación del Gobierno en Soria. Dos cartas oficiales que han llegado hace pocos días a las manos de este profesional y que reconocen su solidaridad y altruismo en una situación límite. José Ángel crece 10 centímetros y sonríe de oreja a oreja antes de añadir: “estoy muy contento. Veo mi esfuerzo recompensado no por las cartas, sino porque alguien se ha molestado en hacerle llegar mi gesto a Yolanda de Gregorio, la subdelegada”.
Él, antes de despedirse, tira de humildad y reconoce que “en realidad todo fue fruto de la colaboración. “En Soria hay otra compañía de grúas y también ayudaron, además de la Guardia Civil, que se juegan la vida a diario”. Pero también llama a la reflexión "todos somos unos imprudentes, la mayor parte de las personas implicadas en ese incidente no tenía la necesidad imperiosa de salir a la carretera y en estos casos lo mejor es prevenir porque con un pequeño impacto se colapsan las vías y los quitanieves no pueden funcionar".