Psicomotricidad en los inicios del deporte universal en Soria

Un viaje a las entrañas del deporte base soriano, los Jugos Escolares. La adquisición de psicomotricidad, por parte de los más pequeños del CEIP La Arboleda, la trabaja Roberto Vega, monitor nacional de atletismo. Movimientos completos en edades tempranas, que encuentran en el cross y en la pista -velocidad, 500 metros, salto de longitud y lanzamiento- sus principales escenarios de actuación, para empezar a desarrollar unos pequeños cuerpos. La “coordinación” es una de las protagonistas.

Primeras pinceladas de atletismo en el CEIP La Arboleda. “Es el trabajo más esencial del atletismo. Correr, saltar, lanzar. Un deporte amplio”, destaca Vega, quien “forma” a niños de Infantil y de Primaria. Entre los seis y 11 años de edad: “trabajo formativo”, insiste. Vega les enseña a “perder el miedo”. Más niñas que niños en un grupo mixto empiezan a conocer el poder de “la superación”. Los pequeños crecen fijándose en nombres como los de Marta Pérez, Dani Mateo, Abel Antón o Fermín Cacho. “Soria, además de ser una gran ciudad de poetas, también es una provincia en la que los atletas destacan”, recuerda Vega. “Los chavales tienen que conocer a esas personalidades del atletismo, que han llegado a trabajar con ellos”, destaca.

Las extraescolares empiezan en octubre y acaban en mayo. Apertura y cierre, respectivamente. “Su evolución es evidente: conocen mucha técnica, respiran mejor, dominan fases de la carrera, se les ve con destreza a la hora de saltar...”, cuenta Vega. “Son ‘otros’, de octubre a mayo”, puntualiza. Pero, “el aprendizaje continúa” y es importante “que no lo dejen”. Deberán seguir “gestionando” los facores -codazos en las salidas, nerviosismo o flato- que rodean al atletismo. “Una fase larga”.

Viernes. Una hora de trabajo intenso. Calentamiento, primero, seguido por la técnica en el parque de La Arboleda o en el Soto Playa, cuando la meteorología acompaña. Luego, “hay que correr” porque esos niños y niñas de La Arboleda prepara cross. Caben los juegos (testigos, ‘sprint’, entrega de relevos...) en las sesiones, ya que “son niños y quieren jugar”. El juego, la coordinación y la competitividad se encaminan hacia “la autosuperación: se empiezan a creer que son atletas”, resalta Vega.

“Somos un gran equipo. ¡Qué ‘equipazo’ tenemos”. Lenguaje “motivacional”. Un bloque que cumple con el calendario escolar: cuatro cross y tres pruebas en pista.