Artículo de opinión de Alfredo Vallejo, colmenero y pensador, en Soria Noticias.
Hemos salido del subdesarrollo y nos hemos instalado entre las sociedades más adelantadas, por primera vez en nuestra calamitosa historia.
Tener clara esta realidad puede que nos ayude a no cometer, (una vez más) errores que nos han arruinado tradicionalmente.
Las nuevas generaciones no tienen ni idea “de dónde venimos”. Hace no muchos años los niños españoles, los hombres y mujeres españoles, estaban mal alimentados; nuestra sociedad era claramente “feudal”. España era un país tercermundista, donde el analfabetismo era elevadísimo, donde había gente que se moría de hambre. Así de rotundo. Donde unos pocos tenían todo lo poco que había.
Hoy nadamos en la abundancia; malgastamos, nos morimos de hartos, hemos articulado el territorio con modernísimas vías de comunicación, pertenecemos a Europa (el bloque más próspero del mundo); nuestros viejos no se mueren como antaño en las pobreras, (las nuevas generaciones ni saben lo que es eso), nuestra economía es pujante.
Me da miedo, se lo confieso, cuando veo el panorama social que se nos está viniendo encima. Hay una agresividad brutal que aumenta cada día; hay una insatisfacción generalizada. La información se está convirtiendo en borrachera.
Todo es exceso que nos deja esquilmados y nos empuja hacia riesgos poco inteligentes.
Recuerdo el cuadro de Goya de la lucha a garrotazos de unos pobres desgraciados, que, por no tener, apenas tenía buenas trancas para zurrarse.
La segunda transición tiene que ser un ejercicio de inteligencia. La primera lo fue de necesidad.