La superficie arbolada de la región se estima en 2.986.298 hectáreas y ha aumentado notablemente desde que se hiciera el Primer Inventario Forestal Nacional en 1970, cuando ni siquiera llegaba a 1,9 millones de hectáreas. Soria supera las 400.000 hectáreas.
Castilla y León alberga casi cinco millones de hectáreas forestales, el 17 % de la superficie forestal nacional, y el 16 % de la arbolada. Esta superficie arbolada se estima en 2.986.298 hectáreas y ha aumentado notablemente desde que se hiciera el Primer Inventario Forestal Nacional en 1970, cuando ni siquiera llegaba a 1,9 millones de hectáreas. Las provincias con mayor extensión arbolada son León, Salamanca, Burgos y Soria, que en todos los casos superan las 400.000 ha cada una.
En total, de esta superficie arbolada corresponden unas 840.000 ha a pinares más o menos puros y 1.608.000 ha a bosques de Quercus (robledales, rebollares, encinares, quejigares y alcornocales), que son los tipos de bosque más representados. No obstante, por su extensión, singularidad o calidad, en el conjunto ibérico destacan también otros, como los sabinares y enebrales (87.000 ha), hayedos (63.500 ha), castañares (27.500 ha) o masas mixtas de coníferas y frondosas (cerca de 200.000 ha). Las especies más extensamente representadas son encinas (Quercus ilex) y rebollos (Quercus faginea), con más de medio millón de hectáreas cada una.
Las estimaciones del Tercer Inventario Forestal Nacional hablaban de unos 3.200 millones de árboles en Castilla y León, de los que se consideran “grandes” (descartando masas muy jóvenes o en regeneración) 1.211 millones. Esto supone aproximadamente 1.280 árboles o 1,9 ha de monte por habitante de Castilla y León, un parámetro tres veces superior a la media nacional y casi cinco veces más que la europea.