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La cabeza de Culebras, el fútbol psicológico de un líder

La cabeza de Culebras, el fútbol psicológico de un líder

Actualizado 05/04/2018 13:57
Bernat Díez

A sus 39 años, José Antonio Culebras no medita la retirada. Alargará su estancia en el fútbol modesto, en el fango, hasta que la SD Almazán, entidad en la que milita, “me eche”. Aunque ha estado tres temporadas en la élite (Numancia, Levante y Tenerife) no se considera “un futbolista de Primera”. Sin ser un “virtuoso”, defendió a Messi y a Ronaldinho. ‘Cule’ practica el fútbol, su forma de vida, que entiende: mundano, humano y psicológico.

No ha llegado la hora de que el fútbol se despida de José Antonio Culebras (16-1-1979, Puertollano). Ni de que él baje la persiana balompédica. Como un matrimonio bien avenido: el balón, como anillo en el dedo para ‘Cule’. “Siempre que pueda”, hasta “con 50 años”, le podrán ver en alguna “liga local”. A sus 39 años no sopesa la retirada, todavía. “Hasta que el Almazán (club en el que milita desde 2012) me eche”, bromea con Soria Noticias. Le queda fútbol, aún. La edad la dicta el corazón; lo demás es fachada. Hay Culebras para rato…

Porque la suya es una cuestión de “pasión”, la que le retiene a estas alturas “en el barro”, en el “fútbol humilde”. Por los campos de Tercera, donde discurre la progresión de la SD Almazán. ‘Cule’ describe el fútbol que entiende y practica. Con los pies en la tierra, “un fútbol humano” en el que prima el esfuerzo mental. El sigue y no te rindas. “Nunca voy a tirar la tolla”, asegura sin carraspear. Ha habido momentos “en los que no he contado para nadie” o en los que su talla de pie provocaron un “tú, con ese pie, no vas a ser futbolista”. Pero el “entusiasmo” de ‘Cule’ burló esas zancadillas. Nadie le podrá reprochar falta de trabajo: “Siempre he intentado marcharme contento a casa”, asevera. Le costó “lágrimas” la salida de Puertollano a los 20 años, pero ahora tiene “crédito” para seguir pateando la pelota. Se ve a sí mismo como “un jugador normal”, que intenta “dar cercanía cuando se le solicitaba para firmar un autógrafo”. Para ‘Cule’ es “lo normal”, pero le preocupa que sea adjetivado como “anormal” ese trato próximo.

Dos décadas, en percheros

Cual pirata rebosante de felicidad con su tesoro, Culebras desentierra sus cofres, guardados en una nave en el Polígono de Soria. Camisetas, intercambiadas en Primera y Segunda división, que va tendiendo en el vestuario adnamantino. Dos décadas como futbolista, en los percheros de La Arboleda. “¡Mira qué chula!”. Muestra el ‘9’ de Javi Moreno, exdelantero numantino, en la espalda de la elástica del Alavés.

Una década y, casi, un lustro como futbolista profesional. Ha visto “llover y llover; de todo”. El primer mandamiento de ‘Cule’ dice que “el fútbol te prepara para la vida”. No se considera “ejemplo de nada y de nadie” y cree firmemente que “el buen líder lo es con actos”. El Culebras más experimentado desnuda sus convicciones.

Una elástica enfangada

“Normal que me costase más correr. Esta pesa como un saco”, manifiesta el central manchego mientras se expone ante sí su dorsal 22 del Toledo, el club que le hizo debutar en Segunda en 1999. “Fue un salto muy ilusionante”, valora Culebras sobre lo que ocurrió en 2000. Ficha por el CD Numancia. Inicios un tanto “frustrantes”, ya que siempre se quedaba “fuera de la convocatoria”, entonces. Con “20 añitos” estaba solo en Soria, “sin conocer a nadie”. No bajó “nunca la guardia”. ‘Cule’ enseña ese ‘12’ manchado de fango con el que se estrenó en Primera con el bloque soriano un 13 de mayo de 2001. Una acción puntual de aquel partido, contra Osasuna en Los Pajaritos (2-1), le salvó. Evitó el 2-2 al quitarle un gol seguro a Iván Rosado. Aquella tarde, “tuve una actuación destacada”. De ahí a que “el Numancia acabase pagando mi traspaso”. Por entonces estaba cedido en Soria por el Toledo.

Los trenes vuelven a pasar y las “oportunidades”, también. Culebras, “por insistencia y perseverancia” encontró su sitio en Segunda. El de Ciudad Real se convirtió en el vigésimo cuarto jugador del Numancia con más partidos (127 contiendas a su espalda). Seis campañas con el Numancia y su antepenúltima, la del ascenso en 2004, le brindó “los demás años en el fútbol profesional (Levante y Tenerife en Primera)”. Es feliz al pensar que formó parte de un Numancia consagrado en el fútbol profesional. “Un club serio, normal y que trata bien a sus jugadores”, alega. “El Numancia para mí significa muchas cosas. A nivel personal y profesional”. Introspección. Aprendió de Álvaro Núñez, Octavio, Rosu o de Julio Álvarez. Tienen “un nivel superior”, analiza el central sobre una generación que sostuvo al Numancia en la LFP. “Me siento parte, pero no tan importante”, subraya ‘Cule’ al respecto de esa hornada. “Culebras ha sido uno más, que ha intentado sumar”, puntualiza.

Culebras, quien no se siente un “virtuoso” en esto del fútbol, narra que nunca se ha considerado “futbolista de Primera división”, pues “los números ahí están”: tres años en la élite (Numancia, Levante y Tenerife) que han sido “un premio”. A veces sufrió, notó que el nivel de Primera “me superaba”. En el Levante, 2004-05, “los errores se me hacían grandes”, lamenta. Llegó a Primera por testarudez, por “pasión y entusiasmo”.

El corazón de Puyol

El ‘5’, el de Carles Puyol, fue a parar a su hermano. Un compromiso de sangre. No le hace falta la elástica del capitán del Barça para que ‘Cule’ guarde cierto parecido con ‘Puyi’. Expeditivo, bien al corte, corpulento, noble o capacidad por el juego aéreo. “Hay que añadir que al jugador se le ha de enseñar a pensar. Cada situación requiere una determinación. Tomar decisiones. No puedes solo jugar a ver lo qué pasa”. Culebras apuesta por un trabajo de coco. “Reflexionar” mientras se juega. Ese apartado que menciona el manchego tiene nombre y apellido: José Carrascosa. Y profesión, psicólogo deportivo del Levante. “Hay momentos de bajón en el que necesitamos ayuda de un buen profesional”, detalla.

¿Dónde está la de Forlán?

El bueno de Culebras anda con la mosca detrás de la oreja. “¿Dónde está la camiseta de Forlán?”, se pregunta mientras desdobla camisetas. A un colchonero confeso, como ‘Cule’, le molesta que se le haya extraviado la elástica del ‘Cacha’. De Forlán-Agüero, últimas de las parejas atléticas no tan galácticas, al ahora pan de cada día. La interminable historia entre la ‘Pulga’ y el ‘Bicho’.

En un contexto actual “eclipsado por el Real Madrid”, el de Puertollano, “sorianizado”, ha vivido la transición del fútbol más terrenal, cuando el Valencia o el ‘Dépor’ ganaban Ligas, al fútbol dual y estelar (Messi-Cristiano; Barça-Real Madrid). La dualidad le “cansa”. Le atrae más “la Segunda división”, donde hay más “igualdad”.

En el perfil de su Twitter, una instantánea captura una acción de ‘Cule’ con Messi; en su WhatsApp, un recorte de periódico lo sitúa al lado de Ronaldinho. Los defendió a ambos. “Incluso para el rival, ver jugar a Ronaldinho era inmenso. Me llamaba la atención. Se reía. Disfrutaba. Era un ejemplo de diversión. Esto es un juego”, valora Culebras, un central de transición.

El '5' es de Culebras

Le facilitan hasta las llaves de La Arboleda. En la SD Almazán, donde Culebras viste el ‘5’, seguirán confiando en el que es uno de sus pilares. “Estoy muy agradecido al Almazán por todos estos años de confianza. La intento devolver año tras año”. Y ya acumula siete temporadas jugando en la villa. Abre el vestuario adnamantino (bancos, pizarra, botas manchadas de trabajo, duchas y poco más). El vestuario de un Tercera del Grupo VIII. “Me he aclimatado perfectamente al fútbol humilde”, manifiesta sin poner “excusas” de ningún tipo. ‘Cule’ solo piensa en “salvar la categoría” y que el Almazán siga un año más deambulando por los escenarios de bronce de Castilla y León. “La SD Almazán necesita al alcalde de la villa, al presidente del club y a sus directivos. Su implicación es máxima.. Al final, los futbolistas entramos y salimos”, apunta Culebras sobre si el club adanamantino le necesita aún en sus filas.

El marido y padre, de dos mellizas, de la familia Culebras sigue dejándose las rodillas, sin que le pese, por los campos de Tercera. ‘Cule’ aliña su vida con la cal del área que defiende. “La familia siempre me ha apoyado. Con frío, nieve o lluvia, vienen a verme”. Un espaldarazo familiar, “fundamental”, según el gigantón de 1’87 metros. Aunque “hay que buscarla, tuve suerte”, alega sobre su paso por la élite del fútbol nacional. A día de hoy, está donde quiere estar, “en el barro”. La talla de un Segunda se rebajó automáticamente a Tercera en 2012. No es una deshonra. “Lo que ahora mismo necesita ayuda es el fútbol humilde. Económicamente hay dinero para ello”, expresa un Culebras que asimismo hace “hincapié” en la ayuda al fútbol femenino: “Las chicas hacen su trabajo, como los chicos”, señala. A Soria, futbolísticamente, le faltan “más equipos de base”, explica uno de los integrantes del cuerpo técnico del Calasanz.

El futuro dirá

A la colección de camisetas le sigue sus impresiones sobre algunos de los entrenadores que le han dado órdenes a José Antonio Culebras. Quique Hernández fue su “padre” en el Numancia de la 2003-04; Bernd Schuster, en el Levante de la 2004-05, fue un tipo “reflexivo” para el manchego; José Luis Oltra, técnico que le guió en el Tenerife durante la campaña 2009-10, es “un entrenador de Primera”, según Culebras. Sobre Juan Carlos Unzué y Pablo Machín, ‘Cule’ califica de “humano” al primero y de “exigente” al de Gómara.

Le apasiona “la gestión y la coordinación deportiva”. Culebras está licenciado en Educación Física. Además, es embajador de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y colaborador en la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD). “He tenido una grata experiencia, siendo muy feliz, con los niños en el colegio Sagrado Corazón”, valora ‘Cule’. Por ahí puede ir encaminado su futuro. “Siempre pienso en el contacto humano, en cómo ganarme a cada niño”, finaliza.

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