Sólo las subzonas de Carrión, Águeda y Támega-Manzanas se encuentran en nivel de alerta, pero con tendencia a mejorar.
La Comisión Permanente de la Sequía de la Cuenca del Duero ha confirmado que el indicador general ha pasado de alerta a prealerta por primera vez en los últimos trece meses, lo que conlleva dar por finalizada de la sequía prolongada desde el punto de vista técnico.
Este órgano se ha reunido este lunes en la sede de la Confederación Hidrográfica del Duero, en Valladolid, para valorar la actual situación hidrológica de la demarcación, que muestra una mejoría considerable desde mediados de febrero, de tal modo que los embalses del Estado han subido del 32 al 85 por ciento de su capacidad tras las numerosas borrascas.
El informe mensual de sequía confirma que, a primeros de abril, había cinco subzonas en nivel de normalidad -Arlanza, Alto Duero, Riaza-Duratón, Cega-Eresma-Adaja y Bajo Duero-, cinco en prealerta -Aliste-Tera, Órbigo, Esla- Valderaduey, Pisuerga y Tormes-, y solo tres en alerta, las de Carrión, Águeda y Támega-Manzanas, aunque todas ellas presentan tendencia a la mejora.
Este incremento permitirá que la campaña de riego pueda desarrollarse con total normalidad salvo en algunos sistemas como el Pisuerga- Bajo Duero.
Aunque tras la reunión de este lunes la cuenca del Duero sale técnicamente de la sequía prolongada, sigue vigente el Real Decreto 684/2017 que declaraba la situación de sequía en la parte española de esta demarcación hasta el próximo mes de septiembre, y adoptaba medidas excepcionales para una mejor gestión de los recursos.
En este sentido, y en uso de sus atribuciones por razones de interés general ante la mejora de la disponibilidad de agua, la Comisión Permanente ha acordado flexibilizar las medidas restrictivas sobre los derechos de los usuarios aplicadas durante la pasada campaña 2017, aunque solicita que se mantenga una especial vigilancia este próximo verano en los sistemas donde aún no se cubre en su totalidad la demanda.
En tales circunstancias se encontrarían en la actualidad los sistemas Carrión y Pisuerga-Bajo Duero, con unas dotaciones por hectárea inferiores a las habituales, si bien podrán revisarse al alza en ambas zonas en sendas juntas de explotación previstas para primeros de mayo, como ya se ha anunciado.
El control del volumen utilizado para riego se hará a través de los contadores instalados en las tomas de riego concesionales y en las de los canales del Estado.
Asimismo, se ha acordado que los usuarios titulares de tomas en ríos no regulados podrán utilizar el agua al que dé derecho su concesión siempre que los caudales circulantes sean superiores al mínimo ecológico que, para cada masa de agua superficial, establece el Plan Hidrológico del Duero.
La Comisión Permanente también ha conocido los datos de agua almacenada a fecha de hoy en los dieciocho embalses de la CHD, que suma 2.448 hectómetros cúbicos, lo que representa 23 puntos más que el año pasado y casi siete más con respecto al promedio de la última década.
No obstante, ha reiterado su llamamiento para hacer un consumo racional y responsable de los recursos por parte de todos los usuarios.