Consigue más efecto en tus productos
Mujer recibiendo masaje.
Cuando una crema cosmética promete maravillas en la piel y luego no hay resultados, hay que llegar a la conclusión de que no es lo que dice el prospecto. Te contamos algunas claves para conseguir sacar el máximo beneficio a las cremas. Un artículo de Lorena Martínez.
¿Sabías que cada 28 días la piel muda de forma natural? Pero el sol, la contaminación, el estrés, los desequilibrios hormonales y el paso del tiempo deterioran su estado. El resultado es una piel mucho más gruesa de lo normal y con los poros sellados, que deja de ser receptiva a los tratamientos cosméticos que utilizamos. Si tu piel no está pulida, incluso el bronceado que nos llegará pronto con el ansiado verano, no será uniforme y aparecerán las temidas manchas solares o los antiestéticos ronchones, que quedan tras la exposición al sol. La solución para evitar estos problemas es limpiar en profundidad y afinar la capa córnea, que es la parte más superficial de nuestro cutis.
Para ello, han nacido los exfoliantes, unos cosméticos que incorporan partículas de arrastre que cumplen una triple función: afinan la piel, eliminan la suciedad, y optimizan la renovación celular. De ahí que es tan importante incluir la exfoliación -un paso sencillo y básico- tanto en casa como los centros de estética.
La expoliación se ha convertido en un hábito imprescindible y, cada año, las firmas cosméticas amplían sus gamas con productos que incorporan partículas de arrastre cada vez más efectivas, sorprendentes texturas y aromas estimulantes.
A la hora de exfoliar es muy conveniente hacerlo en el momento de la ducha, con la piel húmeda, realizando ligeras presiones circulares de abajo hacia arriba para así activar la circulación, insistiendo en codos y rodillas. Para escoger el producto adecuado, recuerda siempre que las texturas en cremas son más untuosas e hidratantes, mientras los geles tiene efecto refrescante.
Escoge el que más te convenga dependiendo tu tipo de piel. Entre los múltiples beneficios de las población te contamos varios. Para empezar, mediante la exfoliación eliminarás las células muertas y tu piel quedará suave y lisa, además de receptiva a los cosméticos y tratamientos de belleza posteriores.
Drenante
Otro beneficio muy importante es el drenante e incluso reafirmante de nuestra piel. Además, con la exfoliación evitamos las arrugas e igualamos la pigmentación, a la vez que aclaramos la piel. Con este paso favorecemos además la oxigenación y renovación celular, y hacemos que nuestra piel aparezca más traslúcida y luminosa.
Con la inflación favorecemos la eliminación de toxinas y el masaje con el que la acompañamos, activamos nuestEra microcirculación sanguínea. l momento para preparar la piel para un bronceado perfecto y sin manchas.
Exfoliar el rostro resulta una tarea sencilla. Para conseguir un resultado idóneo hazlo con la piel húmeda mediante movimientos verticales ascendentes de la barbilla hacia los labios, de la mandíbula al pómulo y de las cejas hasta la raíz del cabello. Continúa masajeando partiendo del centro del rostro hacia fuera de forma horizontal. Del centro de la frente hacia las sienes, de las aletas de la nariz hacia las orejas, y de la barbilla hacia la mandíbula. Puedes finalizar la exfoliación de tu rostro con un masaje que empiece el caballete de la nariz y acabe en la punta. A continuación no olvides hidratar la piel según las necesidades exactas de ésta. Sería ideal que utilices algún producto calmante tras la exfoliación, para que tu piel se recupere lo antes posible.
Pero la exfoliacion no se recomienda en todas las pieles, ya que las partículas de arrastre puede agredir a las pieles que tengan problemas. En este caso hay que acudir a un centro de belleza.