Coliseo de sueños

Insiste Whitman Dylan en: “¿Y después del Provincial Escolar en la Pista de Los Pajaritos, qué… ya no hay nada más?”. Está comunicando un argumento cabal, meditado como padre y como aficionado al atletismo de base, como espectador de unos Juegos Escola-res importantísimos para toda la colectividad soriana.

El 23 de abril, día muy señalado incluso para nuestra Comunidad Autónoma aunque frecuentemente dudemos seriamente de su cohesión, se celebró la final atlética escolar más exigente de la temporada 2017-18. No somos capaces de sospechar lo que supone organizar eventos, organizarlos impecablemente con los medios técnicos con que cuen-ta Soria, organizados por adultos para que las generaciones jóvenes aprendan y en un futuro den el relevo.

El Coliseo de Los Pajaritos es un campo de hierba, polivalente, donde realizar lanzamien-tos y saltos al que circunda una pista sintética donde poder correr con una serie de nor-mas. Porque es en este Coliseo donde hemos visto participar, durante las tres jornadas de pista, a escolares de toda la provincia; donde hemos visto caídas y mareos por el ímpetu adolescente; donde las “pequeñas maldades” son amonestadas por la autoridad que juzga; donde las familias son las primeras que tienen la obligación de valorar el esfuerzo de sus atletas.

Es aquí donde se permite a los entrenadores que sueñen con el progreso de sus atletas, con su coraje, con su inteligencia y con la armonía del cuerpo humano en movimiento.