Artículo de opinión de Carlos Lafuente, empleado público y contertulio, en Soria Noticias.
Otra vez nos da una alegría el Numancia, estando entre los equipos para jugar la promoción de ascenso.
Vaya por delante que no soy aficionado al fútbol y no entiendo prácticamente nada de este deporte-espectáculo-negocio, pero es evidente la fuerza que tiene en nuestra sociedad.
Y dentro de las ligas europeas parece que la española destaca por su nivel deportivo (mi hijo es mi asesor en estas cuestiones).
Pues bien, y aquí viene mi reflexión para esta columna: ¿cómo es posible que el equipo de la ciudad más pequeña de España, con el índice provincial y datos de despoblación peor de Europa, provincia castigada y que muchos ya han condenado a desaparecer, tenga un equipo entre los 44 primeros de la mejor liga del Mundo?
Alguien ha hecho en este mundo del fútbol algo que no sabemos hacer en otros ámbitos, como en la política, comercio, industria, etc.
Por si queda alguna duda, la reverencia se la hago al Club Deportivo Numancia, a sus socios, accionistas y sobre todo a su equipo directivo y gerente. No solo han sabido mantener la ilusión, esperanza y orgullo en los seguidores, sino que además se han ganado el respeto del mundillo (o mundazo) deportivo por su seriedad, honradez y buena gestión de los dineros y capacidades del Club.
Creo que tenemos un ejemplo a observar y seguir en esta provincia. Y que conste que nunca les he oído quejarse a sus directivos sobre si les ayudan los de arriba o no, ni los veo todo el día y a todas horas mirándose el ombligo, ni quejándose o comparándose con otros. Van a lo suyo que es lo nuestro. Ya podían aprender algunos. ¿O no?