Soria acaba de acoger la celebración del Geolodía. Después de recorrer puntos emblemáticos como la Fuentona o el Cañón del Río Lobos, los organizadores apuestan por rincones más desconocidos como el Cañón del río Talegones. Tendencia que enlaza con la última reivindicación del sector turístico para prevenir la masificación.
Alrededor de 220 personas disfrutaron el pasado 12 de mayo de una nueva edición del Geolodía en Soria. Una iniciativa, organizada a nivel nacional por la Sociedad Española de Geología, que este año ha tenido al cañón del río Talegones y a los núcleos rurales de Torrevicente y Lumías como puntos neurálgicos en la provincia.
La propuesta anual optaba por este espacio, todavía desconocido para incluso para muchos sorianos, por su riqueza geológica, paisajística y medioambiental, pues está incluido en la Zona Especial Conservación (ZEC), Altos de Barahona, dentro de la Red Natura. Los participantes recorrieron a pie unos seis kilómetros y según explica Antonio Sastre, el objetivo del itinerario era “redescubrir la interesante entalladura fluvial de un cañón que prácticamente es un misterio, observar los efectos de la erosión y el paso del tiempo, interpretar el ciclo del agua y analizar su calidad biológica y química” en un espacio que según reconoce el organizador “ha conseguido mantener toda su esencia gracias en parte a la despoblación pero también al buen hacer de los pocos vecinos de los alrededores”.
El Geolodía nació en el año 2005 en Teruel como fórmula para divulgar la geología. Poco a poco se fueron sumando otras provincias y desde 2011 Soria se adhirió a la celebración sumando actividades al programa nacional. En esta edición se realizaron más de 50 excursiones simultáneas en toda España. Una actividad que ya no pasa desapercibida pues en estos años, más de 50.000 personas han participado en alguno de esos itinerarios geológicos y solo en la provincia de Soria, “en seis años ya se supera el millar de participantes”, explica Antonio Sastre.
Lugares tan conocidos y reconocidos como la Fuentona (paraje que inauguró el Geolodía en Soria), el Cañón del Río Lobos o el Cañón del Val en Ágreda ya formaron parte de sus programas pero, una vez que la celebración ha alcanzado la madurez, el objetivo va también evolucionando. “El equipo que forma la organización está formado no sólo por geólogos, es interdisciplinar y por eso preferimos enriquecer la explicación con otros aspectos que la hacen más asequibles al público en general. Recientemente se ha incluido una perspectiva ambiental muy interesante y también intentamos conectar con el patrimonio cultural del lugar y las inquietudes de la ciudadanía, que los vecinos expliquen su modo de vida y aporten valor añadido a lo que los técnicos podamos enseñar”, puntualiza el organizador del Geolodía en Soria.
Debido a este doble o triple objetivo el programa de actividades de la edición de este 2018 se completaba con una conferencia -que tenía lugar el viernes en Berlanga de Duero y giraba en torno al nuevo proyecto Life y su esfuerzo por conservar la alondra ricotí- y las visitas guiadas a la Colegiata y el Centro de Interpretacion de San Baudelio.
Hay otro aspecto que merece la pena destacar. El Geolodía está sirviendo para poner el foco turístico allí donde todavía no había conseguido llegar. “Hemos procurado movernos para realzar espacios que en ocasiones ni la propia sociedad soriana en general conoce, por ejemplo este cañón del Talegones, que parece un tesoro oculto”, añade Sastre. Un punto, este último, que enlaza con la última reivindicación del sector turístico y que pretende llamar la atención de agentes implicados y sociedad en general respecto a la masificación de los focos turísticos que se consideran tradicionales en la provincia. En este sentido, Yolanda Santos, presidenta de la Agrupación Soriana de Hostelería y Turismo (Asohtur), señala que “habría que diversificar los espacios porque hay puntos muy interesantes tanto a nivel geológico como patrimonial que enriquecerían la oferta turística de Soria”. Santos apunta hacia las consecuencias que se podrían conseguir si se centrasen los esfuerzos en este sentido y añade que “de esta forma no sólo conseguiríamos no colapsar los puntos que ya de por sí atraen visitantes, también lograríamos que al visitante le parezca interesante invertir más días, y por lo tanto más dinero, en recorrer la provincia y se avanzaría en el objetivo final de que el turismo sirva para luchar contra la despoblación, o mejor dicho, luchar a favor de la repoblación”.
Un trabajo de diversificación que para la presidenta de Asothur, debería “obviamente” ir acompañado de un esfuerzo económico. “Requiere mucho esfuerzo salirse de lo establecido, de la Laguna Negra y el Cañón del Río Lobos. Hace falta mucha inversión, poner dinero sobre la mesa para mejorar la señalización y la apertura de espacios, por ejemplo”. Santos es consciente de que “no se puede tener todo abierto todos los findes de semana” pero aboga por buscar un paso intermedio pues señala que “sí se podrían plantear programas mensuales u otro tipo de iniciativas que vayan más allá de la apertura en verano que favorece la Junta, que por otro lado bienvenida sea”.
Además de la inversión, desde el sector turístico apuntan hacia otras medidas como la de limitar los visitantes de ciertos espacios sorianos por día. “Hay que poner en valor lo que tenemos y ver que también para el turista saber que tiene que reservar la visita puede hacerle entender que realmente esta va a merecer la pena”. En definitiva, cuidar y potenciar Soria para hacerla atractiva a todos y que se mantenga en el tiempo.