Nuestra coach Virginia Pérez nos habla este mes de la dependencia de los dispositivos móviles.
Hoy en día no hay persona que no tenga, de una manera u otra, acceso a algún dispositivo que le dé la oportunidad de asomarse al mundo a través de internet. Pero ¿Realmente sabemos usarlo de manera inteligente? ¿Tenemos conocimientos de las consecuencias que pueden tener una mala utilización de las nuevas tecnologías?
Uno de los problemas más presentes hoy en día, es el uso de las nuevas tecnologías en edades cada vez más tempranas. Tanto los niños de hoy en día como los niños de antaño, tienen un denominador común y es que todos tienes el mismo ritmo de crecimiento y de aprendizaje. Teniendo en cuanta que los niños aprenden por imitación, una sobre exposición de un cerebro de un niño a videos de carácter violento, puede llegar a hacer que se desarrolle este tipo de conducta en su día a día. Está demostrado que la sobre estimulación del cerebro en edades tempranas, puede llegar a provocar niveles elevados de estrés a la persona que lo recibe. Las redes sociales, nos dan la posibilidad de acercarnos a personas que están lejos de nosotros, pero no deja de ser un arma de doble filo. Por un lado nos da la posibilidad de hablar con familiares, amigos.. que se pueden encontrar al otro lado del charco, haciendo que la distancia física no vaya de la mano de la distancia emocional y al mismo tiempo hacen que, poco a poco, nos vayamos aislando de los que tenemos cerca. En la sociedad en la que vivimos, prima la inmediatez a la hora de contestar un whatsapp, si no lo haces, se considera que la persona que tiene que contestar, es una dejada o tiene falta de interés. Esto crea un cierto estrés o agobio social con sus correspondientes consecuencias en la persona. La decisión de desconectar durante unos días de las redes sociales, no hará que cambie el mundo o la realidad en la que vivimos, pero si ayudará a que tomemos el control, disfrutemos y retomemos las relaciones con las personas que tenemos a nuestro lado.
Según el psicólogo Enrique Echeburúa, considera que, lo que caracteriza una adicción es la pérdida de control y la dependencia. Una persona normal usa las redes por su utilidad o placer. Un adicto lo hace buscando el alivio de un mal estar emocional no resuelto: aburrimiento, soledad, ira, nerviosismo…
Lo que en un principio comienza como una distracción, si no se utiliza de manera sana, puede volverse una adicción y terminar con una patología grave. Una hiperconexión puede llegar a pasar factura tanto a nivel físico como emocional. Produce fatiga psicológica, social y física. En este último caso es a nivel visual.
Actualmente hay un nuevo término denominado "nomofobi" proviene de "no mobile pone phobia". Este nuevo término se denomina al miedo irracional que sienten muchas personas adictas al teléfono móvil, a no tener acceso a él. Este nuevo término lo padecen muchos jóvenes que viven casi las 24 horas del día enganchados a sus teléfonos móviles y, el quedarse sin batería, el que no se les conteste de manera inmediata, el que no tengan cierto número de seguidores o de *me gusta* en sus publicaciones, les crea estrés y frustración. Actualmente entre los jóvenes, se le da más importancia al *postureo* o a *mostrar una imagen poco real* de lo que en realidad es, que a las relaciones con las personas, sin medir las consecuencias de lo que a la larga, esta adicción puede llegar a causar.
Es muy importante controlar y saber a qué tienen acceso los menores y las horas que pasan frente a un teléfono móvil, Tablet u ordenador. Una sobre exposición, puede llevar a un cambio en el comportamiento, irritabilidad y falta de control por parte de los jóvenes cuando no pueden tener acceso a las nuevas tecnologías.
¿No entiendes por qué ha cambiado su conducta? ¿No te explicas porque tu hijo/a ya no sale casi de casa o no se relaciona con sus iguales? Te doy estrategias para poder controlar la sobre exposición de tu hijo a las redes sociales. Herramientas para poder gestionar sus enfados y rabietas.