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Una Promoción como una Iglesia(s)

Una Promoción como una Iglesia(s)

Actualizado 06/06/2018 07:47
Bernat Díez

El ariete, testimonio de un Zaragoza superlativo en una segunda vuelta contrastada con 47 puntos y una merecida tercera plaza, se cruza nuevamente en el camino de Pape Diamanka. El omnipresente senegalés debe "controlarse más". Pero "son cosas que pasan", en relación a la supensión propiciada por su pisotón al gallego en La Romareda (8/10/2017).

Jagoba Arrasate, técnico del CD Numancia, bien sabe a quien se mide, a quien debe “minimizar” su retaguardia durante la noche (20:30 horas) de mañana en Los Pajaritos: al Real Zaragoza. “Llegan en un gran momento”, analizaba el míster del País Vasco. Y lo cierto es que la segunda vuelta de los Natxo González presenta números de ascenso directo: 47 puntos en 21 partidos que les convierten en el mejor equipo de la segunda fase en la división de plata. Se encargan de asustar a cualquiera.

El contraste zaragocista entre la primera y la segunda vuelta es abismal. En los primeros 21 partidos de Liga, decimosextos con 24 puntos (a 12 puntos de su vecino soriano y a 3 del descenso). Dicha tesitura delicada ya provocaba un sonido de viento en La Romareda: “¡Natxo, vete ya!”. Carpetazo a la crisis en unos 21 partidos restantes para enmarcar. 47 puntos en estos, 23 de diferencia respecto a la primera vuelta, auparon al Real Zaragoza hasta una Promoción que ya no soltó una vez alcanzada la trigésimo sexta jornada del campeonato doméstico. 15 partidos ganados, 2 empatados y 4 perdidos en la segunda fase. “Nos enfrentamos al mejor equipo de la segunda vuelta”, relataba Arrasate en la rueda de prensa de este martes 5 de mayo. Los aragoneses, en la segunda vuelta, fueron capaces de ganar en cinco duelos directos (Numancia, Oviedo, Osasuna, Valladolid, Sporting y Huesca), reforzando así unos juegos que se han ganado con mano de hierro, los play-off.

El Numancia, que no tiene ningún problema a la hora de cederle el alago de “favorito” al equipo del cual le separa el Moncayo, reta al Real Zaragoza: “El favoritismo se ha de demostrar sobre el campo”, dictaba Arrasate. La escuadra maña está ideada en torno a una categoría, Primera. En Segunda se encuentran de paso, pero la estancia se prolonga ya hasta las cinco campañas. Estos resultan sus segundos play-off en un lustro. La Virgen del Pilar se encargó de obrar un semi milagro durante su primera Promoción (2015), ya que el Zaragoza de Ranko Popovic se quedó en la antesala de Primera, después de remontar (4-4) un 0 a 3 adverso del Girona en La Romareda. En la siguiente ronda, Las Palmas frenó aquel delirio zaragocista en Montilivi (1-4).

“Me gustaría ser tercero, como el Zaragoza, porque en caso de empates no hay tanda de penaltis”, comparaba el preparador vasco. Sobre su adversario, “son plantillas muy buenas, son ciudades grandes (Zaragoza se sustenta con más de 664.000 habitantes) y el cartel de favoritos es para ellos”. El Numancia guarda “sus opciones” en un rinconcito. Sin molestar; sin elevar demasiado el tono. Solo con el escudo no se asciende a Primera división.

Borja Iglesias, gol, envergadura y desquicio de las zagas

“Tienen un estilo y un dibujo muy particular y definido que han ido evolucionando”. A la progresión maña se refiere Arrasate. El 1-4-3-1-2 podría llegar a definir ese “estilo” de un Natxo González que ya lo tiene todo ligado para ser el próximo entrenador del Deportivo la próxima temporada (2018-19). Los laterales blanquiazules son para Delmás y Lasure, dos canteranos de la casa. En el eje, Mikel-Verdasca. Más adelante, un trivote que supervisa Alberto Zapater, otro ilustre de la cantera zaragozana. Por norma general, Eguaras y Javi Ros le acompañan. En la mediapunta de un esquema sin extremos natos, Febas o Papunashvili. Entre esa Torre de Babel (Papunashvili, Verdasca, Grippo, Buff, Vinicius o Perone) y esa apuesta casera sobre el verde (Guti, Delmás, Lasure, Zapater, Febas, Pombo), el mayor de los templos: Borja Iglesias. El punta cedido por el Celta de Vigo, quien formaría una dupla de ensueño el siguiente curso con el mundialista Iago Aspas, combina varios factores letales: envergadura, gol (22) o astucia. El ‘9’más puro del Zaragoza es un incordio constante, un dolor de muelas para las zagas contrarias. Su picardía, un juego parecido al de Diego Costa, le avala.

El autocontrol de Diamanka

Pape Diamanka, uno de los pilares de la cocina numantina, empezó de cero a raíz de una acción con Borja Iglesias, precisamente. El ariete coruñés bloqueó psicológicamente (8/10/2017, 3-0 en La Romareda) al medio centro senegalés y esa situación le acarreó cuatro partidos de sanción a Diamanka. El africano pisó reiteradamente al de Santiago de Compostela cuando éste estaba en el suelo. “Tengo que controlarme más, como he dicho siempre. Son cosas del fútbol, cosas que pasan. Hay que intentar controlarlas. Espero que no vuelva a pasar”, le espeta Diamanka a Soria Noticias.

El exzaragocista de Senegal se enfrentó a un borrón y cuenta nueva. Volvió por sus fueros, es decir, recuperó la titularidad y es uno de los encajes perfectos para Jagoba Arrasate. Diamanka le ofrece salida de balón, músculo y ‘robos’ de balones cruciales al Numancia. Omnipresente; abarca un sinfín de espacios. “Está siendo un año muy bueno. Hacía mucho tiempo que no estaba así. Aquí tengo estabilidad y tengo la confianza del entrenador, que también es importante. Lucho para estar a tope y seguir jugando”, valora Diamanka sobre su regeneración. Aquí, en Soria, está “tranquilo” y “solo” piensa en el fútbol.

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