Artículo de opinión de Carlos Lafuente, empleado público y contertulio.
A raíz de la polémica sobre la competencia los socorristas acuáticos en nuestro pantano, me asalta la duda de si de verdad queremos salir de la miseria poblacional o simplemente nos gusta mirarnos el ombligo, hacernos las víctimas, subirnos la bufanda hasta la nariz y seguir como siempre.
Resulta que la propiedad de Playa Pita es del Ayto. de Soria y la Mancomunidad de los 150 pueblos. Resulta que esta obtiene pingües ingresos de la venta de productos forestales que destina a repartir entre los municipios que conforman la Mancomunidad. Dineros que se destinarán váyase Ud. a saber en qué (¿la música de fiestas?)
Si este organismo es incapaz de promover el turismo de la provincia manteniendo unas condiciones óptimas en lo que orgullosos ofrecemos, ¿cómo vas a pedirle que tenga vocación de ser uno de los motores de esta provincia?
Y pasa lo mismo con la “suerte de pinos”, que se reparten migajas entre las privilegiadas personas de Pinares que cumplen con las condiciones de ser “vecino Premium”. Repartir miseria. ¿Qué no podrían hacer esos ayuntamientos si dedicaran esos dineros a nuestro progreso?
Pero para que mancomunidades, vecinos, organismos y demás remen todos en la misma dirección hace falta vocación, y ganas. Cuando nosotros hagamos los deberes, entonces es hora de exigir a otras administraciones compromisos. ¿O no?