Telefónica ha comunicado a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) el apagado de 113 centrales de cobre en Castilla y León para dar paso a la fibra óptica y agilizar el proceso de digitalización de su red.
Según ha informado la compañía a través de un comunicado, la mayor parte de estas centrales son los llamados "armarios" o centrales en intemperie que se instalaron para acortar el bucle de cobre y que la nueva tecnología hace innecesarios.
La fibra óptica es la tecnología de acceso que soportará el desarrollo de los servicios y de los clientes de los próximos 100 años, como el cobre lo ha hecho los cien años anteriores, y Telefónica está trabajando en la evolución del cobre a la fibra y habilitando el proceso de simplificación y trasformación de la red gracias al proyecto FARO.
En Castilla y León cerca de 1,3 millones de ciudadanos ya tienen cobertura de fibra óptica y existen cerca de 400.000 usuarios que tienen la posibilidad de soportar servicios en velocidad de 600 megas con Movistar.
El objetivo de este plan de trasformación es completar la cobertura de fibra con una red totalmente digital e impulsar que todos los clientes pasen a fibra para así mejorar su experiencia con los servicios y colocarlos en la mejor posición ante el futuro digital.
Para gestionar este proceso, Telefónica ha desarrollado el proyecto FARO que impulsa el paso de clientes a la fibra e industrializa el cierre del cobre en centrales completas. En el marco de este proyecto cabe destacar la optimización de la infraestructura y el espacio al cambiar el cobre por la fibra que implica menos sección pero más capacidad.
El cierre del cobre supone, además, un ahorro de energía que puede ascender al 60 por ciento, y la adecuada gestión de los residuos y materiales desmantelados con la recuperación de algunos para utilizarlos como repuestos o el reciclaje de otros a través de empresas autorizadas con la sostenibilidad que todo ello implica.