Entre las pintorescas localidades de Lumías y Torrevicente, en el sureste provincial, esta el Cañón del río Talegones, una interesante ruta senderista que atraviesa un impresionante tajo kárstico que ha dibujado el río entre los páramos de la sierra de Pela y del Bulejo.
La villa medieval de Berlanga de Duero es un punto ideal para plantear el inicio de esta excursión, que ofrece riqueza patrimonial y cultural, y también una saludable ruta senderista por un sorprendente y bello Cañón del Río Talegones, no demasiado conocido.
La localidad de Berlanga de Duero ya merece una visita por su conjunto histórico medieval, su castillo , el palacio que es un centro de interpretación de la villa, o el centro de interpretación de la cercana ermita mozárabe de San Baudelio.
Pero el recorrido por el Cañón se puede iniciar en la localidad de Lumías. Desde Berlanga se llega en unos 15 minutos (de hecho, la pintoresca aldea pertenece al Ayuntamiento de Berlanga). Se coge la carretera SO-P-4132, en dirección a Paones y Alaló, para llegar al encuentro de la SO-132, que en dirección a Riba de Escalote, enseguida lleva a Lumías.
Al final del pueblo, se toma el sendero que se adentra ya en el Cañón, siguiendo la corriente contraria del río Talegones, que nace cerca de Torrevicente, el pueblo en el que finaliza el Cañón y el recorrido. El sendero no tiene pérdida, siguiendo las marcas e indicaciones, tiene menos de 7 kilómetros, y ofrece una refrescante vegetación de ribera en las orillas del río, que en verano su cauce puede estar seco en algún tramo, ya que el suelo kárstico puede tragarse el agua cuando el caudal es escaso. El trazado del recorrido lleva a cruzar el cauce por diversos puntos.
El camino ofrece una paisaje mágico, que después de cada curva presenta panorámicas diferentes, siempre entre paredones rojizos más o menos cerrados, más o menos altos. La vegetación es variada, con el multicolor arbolado de ribera o las carrascas y quejigos en las laderas más apartadas del Cañón. Es fácil ver buitres o águilas, entre la rica fauna, e incluso alguno de los abundantes corzos. Un consejo, si no se quiere regresar de nuevo a pie, alguien puede esperar con un coche a los senderistas que han recorrido el Cañón en Torrevicente, aunque la ida y vuelta se pueden hacer sin mayores esfuerzos en una jornada (son unos 14 kilómetros).
Berlanga de Duero. Encontrar una ocasión para estar un rato en la localidad de Berlanga de Duero, o conocerla si es que no se ha visitado su rico patrimonio cultural , nunca está de más. Por eso, antes o después de recorrer esta ruta , conviene dar un paseo por la villa berlanguesa, disfrutar de su hostelería y pasar por su oficina turística.
Lumías. Se trata de una pequeña aldea, con un caserío cuidado, muy bien enmarcado en su entorno natural y paisajístico. Es una bella estampa en la que el río Talegones atraviesa el pueblo. Ofrece un alojamiento rural muy especial y adaptado, como son las tradicionales tainas ganaderas. La iglesia es de origen románico y hay un molino.
Torrevicente. Perteneciente al Ayuntamiento de Retortillo. Su abigarrado caserío muestra el mestizaje de las culturas cristiana y musulmana, ya que fue lugar estratégico de guerras entre ambas. De hecho, su iglesia fue también mezquita. El pueblo se asienta sobre una ladera que cae hacia el río Talegones. Tiene un bar social para tomar un refresco.