Imaginación 'made in Almazán' que busca ser Maestro Internacional

Antonio Rupérez Benito es la gran figura del ajedrez soriano. Presente y futuro. Presente porque actualmente se encuentra entre los 200 mejores jugadores de España y tiene muy claro que quiere ser Maestro Internacional antes de dos años. Futuro porque tiene un enorme potencial de mejora en la parte más teórica y porque aún no llega a los 20 años en un deporte donde la madurez se alcanza pasados los 30 y al que se puede competir una vez cumplidos los 60.

Antonio jugó la primera partida de su vida en Almazán, en una tarde lluviosa junto a sus padres. Hoy, 15 años después, compite con el Club Ajedrez 64 Villalba de Madrid, lo que le obliga a desplazarse a la capital muchos fines de semana. En la provincia no encuentra jugadores de su nivel ni para entrenar. Además de la competición por equipos hay un ranking individual “como en el tenis” donde sumas puntos en función de los resultados.

Actualmente sus 2.350 puntos le convierten en Maestro FIDE (Federación Internacional de Ajedrez). Para el siguiente reto se ha marcado un plazo de dos años, los mismos que le quedan para acabar la carrera de Magisterio de Primaria. Necesita alcanzar los puntos 2.400 puntos y lograr 2 de las 3 `normas´ (excelentes resultados en importantes torneos) que se exigen para ser Maestro Internacional.

Creatividad

Aunque Antonio reconoce que se trata de un deporte “muy científico” señala como su principal característica la “imaginación”. Antonio basa su juego en la creatividad y reconoce que “me falta bastante estudio”. Ahí tiene un importante campo de mejora; el análisis de las partidas y la réplica de modelos. Pero eso no va con su estilo y defiende su forma de entender el ajedrez, un pasatiempo con el que disfruta. “Creatividad para buscar soluciones, visión de futuro, cálculo y concentración” enumera las características de un buen jugador.

Antonio ha elegido su camino y no piensa en la profesionalización. “Esto es una afición” señala. Centra sus esfuerzos en su carrera como profesor y en lograr crear una cantera de jugadores de ajedrez en Soria. Él, que tiene que recurrir a un entrenador por internet, se dedica a dar clases en colegios y asociaciones. En Almazán la escuela tiene 40 niños. Administraciones y patrocinadores apoyan este tipo de actividades y clubs, no tanto a deportistas concretos. “Yo cuando empecé en esto no había nada”. Rupérez crea cantera y señala el camino.