UGT inicia una campaña sobre las consecuencias laborales del convenio de Dependencia

La Federación de Empleadas y Empleados de los Servicios Públicos (FeSP) de UGT ha iniciado una campaña informativa para explicar las consecuencias negativas que tendrá el VII Convenio Estatal de la Dependencia para todas las trabajadoras en su desempeño diario. Se trata de la primera medida que emprenden para hacer frente a un convenio que califican de especialmente “dañino”, pues “deteriora aún más un sector muy precarizado”. El grueso del personal de Dependencia cobra por debajo de los 1.000 euros y el convenio los mantendrá en esa franja, “incumpliendo el Acuerdo Nacional de Negociación Colectiva que han firmado la patronal y los sindicatos este mes de julio”, señalan en el sindicato.

UGT se negó a firmar este acuerdo que obliga a las gerocultoras a limpiar, a requerimiento de la empresa, en detrimento de las que deberían ser sus funciones reales y para las que se han estado formando. En convenio refleja que “las gerocultoras podrán realizar la limpieza e higiene de utensilios, ropa y estancias, cuando en el servicio existan circunstancias que así lo requieran”. Sin embargo, en la organización sindical han que recordado que, actualmente, es imprescindible contar con una acreditación en gerocultura para poder ejercer, y en este texto, “lejos de reconocer el esfuerzo de formación y ecónomico que han realizado estas trabajadoras para adaptarse a la legalidad exigida, modifica sus condiciones laborales”.

Fonsi Bonafonte, secretaria de Servicios Sociosanitarios y Dependencia ha señalado la urgencia de iniciar esta campaña informativa, que se prolongará hasta el próximo otoño, en un sector que aglutina en Castilla y León a 37.000 personas trabajadoras y que ahora se encuentran desconcertadas. “Existe desinformación, las gerocultoras no saben cuáles son las tareas que les puede exigir la empresa después de esta firma, eso las hace aún más vulnerables” ha manifestado Bonafonte

El convenio se ha estado negociando durante más de tres años y UGT, finalmente, no lo apoyó, pues no incorporaba las medidas que FeSP-UGT considera imprescindibles para estampar su firma. “No dignifica el trabajo en el sector, precariza aún más las condiciones laborales, pone en riesgo puestos de trabajo y salarialmente no supone ninguna mejora”, afirman.