El '¡Folk!' de CyL, premio internacional al Mejor Sonido
La música folk de Castilla y León ha logrado un premio internacional al Mejor Sonido Etnográfico en un momento en el que el diálogo entre estilos musicales fusiona flamenco, rap y trap. Abanderada por cantantes como la catalana Rosalía y en medio de la polémica por la apropiación cultural, la nueva escena musical se ha convertido en un mar de mezclas heterogéneas, mientras los sonidos folk intentan hacerse un hueco en los oídos donde antaño atesoraban monopolio.
Por esa razón, el premio al Mejor Sonido que ha obtenido el documental '¡Folk! Una mirada a la música tradicional' en el Festival Internacional de Cine Etnográfico de Zlatna (Rumanía) ha llegado como un revulsivo para la sonidos tradicionales de Castilla y León en unos tiempos en los que, según explica el etnógrafo y músico Joaquín Díaz, "se está perdiendo este tipo de música".
Dirigida por el cineasta vallisoletano Pablo García Sanz y coproducida por Visual Creative y Plan Secreto, la cinta, en la que han colaborado también la Fundación Villalar y la Junta de Castilla y León, repasa la historia de la música tradicional de la región desde los años 60 hasta la actualidad a través de la voz de sus protagonistas, como es el caso de Díaz, quien considera "injusto" el puesto al que han quedado relegados los sonidos folk, a diferencia de otro tipo de música "más artificial" que se ha impuesto.
Además del etnógrafo, la película cuenta con la participación de El Naán, Nuevo Mester de Juglaría, Vanesa Muela, Eliseo Parra, Candeal, Mayalde, Coetus, María Salgado, Fetén fetén, Carlos Soto, Ringorrango, Tarna, Alberto Jambrina y Pablo Madrid, Paco Díez, Miguel Manzano, Gonzalo Pérez Trascasa, Hierba del Campo y Jaime Lafuente. Todos ellos, ha agregado Díaz, han contribuido a la "recuperación" de muchos de los elementos del folclore castellano así como a "mantener el interés" de la gente.
En 77 minutos de metraje, este documental "habla de la evolución de la música tradicional, pero también de la globalización, la búsqueda de una identidad, o el estado de salud del folclore de la Comunidad. Va de lo local a lo global y aunque trata el sonido de Castilla y León, también trasciende sus fronteras", ha explicado su director, Pablo García Sanz, a Europa Press.
Recibir un premio internacional ha supuesto para él la "recompensa" a una inversión de cinco años de vida desde que surgió el germen de la idea hasta el estreno del documental. Una dilatación en el tiempo que atribuye a su intención de "hacer las cosas bien con el fin de generar empleo".
El siguiente paso de '¡Folk! Una mirada a la música tradicional' llegará en otoño con su estreno comercial en diversas salas de Castilla y León, además de su salto a las pantallas de grandes ciudades como Madrid, ciudad que además guarda un "vínculo especial" con la cultura castellana. Pero, hasta la fecha, agosto se ha antojado como el mes más fértil para el equipo, pues comenzó con la recepción del Premio al Mejor Largometraje ECOFILM del Rural Film Fest de Castilla-La Mancha, que ha precedido al galardón internacional.
El jefe de sonido de la cinta, el palentino Miguel Sánchez González, ha recibido esta última distinción con especial apego porque, precisamente, se ha premiado el trabajo de sonido en un documental que gira en torno a la música folk. Esa labor, ha explicado, "ha requerido un esfuerzo creativo importante, por lo que obtener una recompensa, y además en otro país, ha sido reconfortante".
Presentar una película a un festival supone una dosis ineludible de incertidumbre, "incluso cuando uno sabe que va con los deberes hechos", como asegura Sánchez. Por eso, recibir un premio siempre supone "sorpresa y alegría".
Globalización y señas de identidad
Por su parte, Joaquín Díaz espera que el reconocimiento que ha recibido '¡Folk!' beneficie a la música tradicional a la hora de "hacerse hueco" en los medios de comunicación en un momento en el que "se están perdiendo estos sonidos".
Díaz atribuye esta paulatina desaparición a un "inevitable" proceso de globalización que también aparece latente en el documental. "Las señas de identidad del folclore son complejas en un territorio amplísimo como Castilla y León: no son uniformes y tienen múltiples expresiones, aunque hoy en día haya descendido el número de variantes", ha explicado.
Además, la gente "ya no participa de la vida rural", algo que antaño "suponía un lazo con la tierra, los orígenes y con un patrimonio mucho más cercano".
Con la globalización, las identidades se han difuminado, por eso hoy "nadie puede decir que sea castellano, porque hay una mezcla total" y aunque aún existen ciertos bailes y canciones que contienen ecos de su tierra natal "todo se ha fusionado al subirse al escenario".