Burgenses y oxomenses han disfrutado del tradicional plato de caldereta en el interior de la Plaza de Toros de la villa episcopal.
Prácticamente solo resta un suspiro para que las fiestas en honor a la Virgen del Espino y San Roque lleguen a su fin en El Burgo de Osma.
Peñistas, vecinos, visitantes y autoridades han disfrutado en armonía de una caldereta muy especial. Se reparte en el interior de la Plaza de Toros y aquí no se instalan mesas sino que se utiliza el graderío del coso burgense para disfrutar del plato y también del espectáculo, ya que las peñas ponen color y música para completar el ambiente festivo.
Se nota que acaban los días en los que todo ha sido diversión, la emotividad está en el ambiente. Pero todavía quedan algunas horas por delante para bailar en la verbena antes de que el sol ponga el broche y obligue a esperar hasta el verano de 2019.