Compraron piezas a una empresa de Granada y los vendieron, aunque nunca los entregaron, en una localidad de Cáceres.
Agentes de la Guardia Civil de Valladolid ha detenido a tres personas por la comisión de varias estafas en la compra y venta de jamobnes tanto en esta provincia, como en Granada y Cáceres.
La Guardia Civil de Zaratán inició la investigación a raíz de una denuncia presentada en marzo por una persona que aseguró que personas desconocidas habían usurpado supuestamente su identidad para contratar una línea telefónica, que posteriormente fue utilizada para realizar una venta de jamones en una localidad de Cáceres, a través de un portal de Internet, y que no se llegó a entregar el total de la mercancía al interesado tras haberla cobrado por entero.
En el transcurso de la investigación se tuvo igualmente conocimiento de que las personas investigadas serían los supuestos autores de una estafa por la compra de un lote de productos cárnicos a una empresa de Granada.
Las investigaciones se centraron en cuatro personas que integrarían un grupo de delincuentes dedicados a la comisión de este tipo de hechos.
Entre el día 28 de agosto y 4 de septiembre se ha detenido a L.D.R.N, un joven de 35 años y a una chica de 25 años, L.G.J., ambos con residencia en Palencia así, como de I.E.J., de 40 años y vecino de Valladolid.
Han sido detenidos como supuestos autores de un delito de usurpación de identidad para contratar una línea de telefonía móvil y dos delitos de estafa cometidos a través de un portal de Internet, ocurridos en dos localidades de las provincias de Granada y Cáceres. El valor de la mercancía estafada alcanza los 15.665 euros.
La investigación sigue abierta, no descartándose más detenciones en los próximos días de otros integrantes de este grupo de delincuentes, así como al esclarecimiento de otras estafas denunciadas utilizando el mismo 'modus operandi'.
Para la comisión la estafa, uno de los individuos era el encargado de anunciar en Internet la mercancía, principalmente jamones, mientras que otra persona se encargaba de conectar con los clientes a través de líneas telefónicas contratadas utilizando supuestamente la identidad de terceras personas para evitar ser identificados.
Posteriormente una vez que recibían el ingreso del importe de la compra, la mercancía no llegaba al cliente. En otras ocasiones adquirían la mercancía (productos ibéricos) que no pagaban y daban un teléfono de contacto que posteriormente descartaban por lo que el perjudicado no podía ponerse en contacto con ellos.