La opinión de María José Fuentes, concejal del PP en el Ayuntamiento de Soria.
Impresionante la manifestación de los Mossos y sus familias estos días exigiendo dignidad y respeto a las autoridades independentistas catalanas, cansados de padecer cómo se les utiliza para hacer ver que son la policía de una Cataluña independiente; los pelos como escarpias se me pusieron cuando pasaron por delante de la comisaria de la Policía Nacional, se pararon y empezaron a aplaudirles. “Hasta los güebos, estamos hasta los güebos” gritaban.
Impresionante también, pero por lo penosa, la despedida a Montserrat Caballé, catalana y española ilustre, irrepetible dama de la ópera, una estrella a nivel mundial. Si hubiera sido una independentista recalcitrante, sus honras fúnebres hubiesen sido faraónicas... Estos días que en su honor ha corrido tanto el vídeo de la inauguración de los JJOO junto al también irrepetible Freddie Mercury, me pregunto qué ha sido de aquello que se dio en llamar el “espíritu de Barcelona 92”, cuando la gente de la ciudad entendía como un signo de respeto fraternal, el que el entonces Príncipe de Asturias fuera el abanderado, cuando el resto de España estábamos como locos por visitar Barcelona, cuando creo yo que el hermanamiento fue más estrecho y sincero.
Si Felipe VI saliese hoy con la bandera, lo lapidarían sin contemplaciones. La sinrazón de quien inició este proceso, de los que representan solo a la mitad de los catalanes olvidándose de la otra mitad que se siente española, ha abierto una herida tan profunda, que tardará lo que nadie sabe en sanar. Qué pena siento por los que sufren en silencio el fanatismo nacionalista imperante, y qué admiración hacia los que, como los mossos, plantan cara porque están hasta los güebos.