Espaldarazo a la convocatoria de la plataforma Soria Ya, en una manifestación multitudinaria, de las que no se recordaban hace años.
Miles de sorianos han tomado parte en la manifestación convocada por la plataforma ciudadana Soria Ya en la que el colectivo ciudadano, que agrupa en su seno a la práctica totalidad de los agentes sociales de la provincia, pedía el apoyo para reclamar una sanidad digna en Soria. Un apoyo que a tenor del gentío ha supuesto un espaldarazo para los organizadores.
Pocos minutos después se iniciaba un recorrido que llevaba de la plaza de San Esteban hasta la sede de la Delegación Territorial de la Junta, pasando antes por el Collado y por Mariano Granados, que se desarrollaba con normalidad y sin incidentes. Durante más de media hora la multitud ha recorrido este itinerario, en cuyo final se ha dado lectura a un manifiesto que es como sigue:
"Buenas tardes amigas y amigos, gracias por vuestra asistencia a este acto.
Hoy nos hemos vestido de luto porque así de oscuro está el presente y el futuro de la sanidad en Soria. Hace ahora 40 años, una recién nacida Constitución Española amparaba la igualdad de todos los españoles en derechos y obligaciones, independientemente del lugar donde hubieran nacido o vivieran. Entre los primeros, reconocía el derecho a la protección de la salud de todos los españoles y les encomendaba a los poderes públicos la organización y tutela de la salud pública a través de la implantación de las prestaciones y los servicios necesarios.
Cuatro décadas después, los sorianos no podemos evitar sentirnos ciudadanos de segunda. O incluso de tercera categoría. No sólo porque a cada poco nos topamos con nuevas decisiones y noticias que ponen en entredicho nuestro derecho a que nuestra salud sea protegida, sino porque asistimos a un progresivo desmantelamiento de nuestro sistema sanitario. En Soria ¡YA! llevamos tiempo denunciando que la sanidad en Soria está en estado crítico. Aquí no se cubren las plazas vacantes de anestesistas, lo que lastra la actividad hospitalaria. Sin ellos, que son uno de los principales pilares del sistema, no se pueden programar intervenciones. Así, mientras en el resto de Castilla y León se reduce la lista de espera quirúrgica, en Soria va a más. El pasado año un soriano tenía que esperar 25 días para ser operado, en el tercer trimestre del 2018 su espera se prolonga a 72 días. Esto es, tres veces más en tan sólo un año, con lo que se alcanzan los peores índices de los últimos ejercicios.
Pero no faltan únicamente anestesistas. También dermatólogos, internistas, radiólogos, nefrólogos... La carencia de profesionales médicos es manifiesta. En menos de 15 años se estima que habrá 300 jubilaciones sólo en personal médico en la provincia. Frente a esto, la solución que la Junta de Castilla y León ofrece a Soria son las externalizaciones. En vez de invertir y dotar a Soria de las infraestructuras y los servicios necesarios, la Junta obliga a los sorianos a tener que desplazarse a otras provincias o comunidades para poder recibir tratamiento o pasar una revisión. Incluso si no quieren desesperarse durante meses y meses a que les operen unas simples cataratas.
Da igual que nuestra población esté muy envejecida, no importa que además carezcamos de vías rápidas que nos conecten de forma ágil con Valladolid, Zaragoza, Burgos, Salamanca o Logroño. La Junta prefiere que los sorianos se expongan al peligro de la carretera, que pongan sus vidas en juego y soporten largos viajes antes que apostar por invertir en esta provincia.
Lamentablemente la situación de absoluta discriminación de Soria no es nueva. Lleva décadas así y no sólo en el ámbito sanitario. Aún recordamos las palabras del todavía presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, cuando se comprometió en esta misma ciudad a instalar aceleradores lineales en las provincias donde no había tratamiento de radioterapia para evitar precisamente estos traslados. Entre las que no disponían del servicio, claro está, figura Soria. Pues bien, han pasado once años desde que Herrera pronunciara estas palabras y los aceleradores ni han llegado a Soria ni se les espera.
Pero ¿qué vamos a esperar ya cuando la Junta firma inversiones de más de mil seiscientos millones de euros para el nuevo hospital de Burgos y para ampliar el de Soria no se destinan, sumadas las dos fases, ni cien millones? Las cifras no sólo hablan por sí solas. Recientemente se han contratado estos trabajos de reforma, después de que la sociedad soriana llevara más de seis años reclamando que se retomaran. Con todo, aún tendremos que esperar, en el mejor de los casos, otros cuatro años más para verlos finalizados.
Los sorianos sentimos que no tenemos derecho a ponernos enfermos, como los ciudadanos del resto del país. A nosotros nos piden comprensión y paciencia; mientras otros se llevan el dinero. La falta de compromiso y de interés por esta tierra es insultante. Desde Soria ¡YA! hemos repetido por activa y por pasiva las posibles soluciones: convertir el Santa Bárbara en hospital universitario o proporcionar a los profesionales incentivos económicos.
La Administración sabe que dispone de fórmulas para hacer más atractivas las plazas médicas en Soria. No es nada nuevo, pero aquí se limitan a prometer a los profesionales mejoras laborales, que ya veremos si además se cumplen. Por eso hoy nos vestimos de luto. Porque el futuro de nuestra sanidad, como el de nuestra provincia, está muy negro. Pero a Soria ¡YA! ni nos van a callar ni dejaremos de luchar por todo lo que por justicia nos merecemos. Porque no nos cansaremos de decir que Soria Quiere Futuro. Porque no pararemos de reclamar que Soria Quiere Futuro.
¡SORIA QUIERE FUTURO! ¡SORIA QUIERE FUTURO!"