Expira la primera vuelta. En una balsa de aceite que logró verter el cuadro soriano sobre el Municipal, Querol remachó una acción en el último suspiro que deja temblando a Soria y a López Garai. El de los catalanes, si inquietar demasiado el arco de los sorianos durante el encuentro, fue un ejercicio de fe.
A la vez que parado, pidiendo un fuera de juego que no fue, el Numancia se quedó helado nuevamente, rememorando lo del Real Oviedo. Mazazo en el último suspiro. Esta vez, la gris historia cuajada en la tierra de las cuatro barras premió al cuadro soriano, que dominó el encuentro de cabo a rabo, con un punto. No le bastó la posesión y el control en la vigésimo primera jornada de Liga a un Numancia que pecó de conformismo. Querol apura la marcha fúnebre del Reus (1-1) en el minuto 89.
¡Qué nadie dude de la profesionalidad del CF Reus Deportiu! Dadas las fatales circunstancias, los catalanes repitieron la machada registrada en La Rosaleda (0-3). Este cuento empieza por el desenlace, cuando los reusenses, después de que Querol, en un rechace, fusilase a Juan Carlos desde la diestra, se abrazaron con la grada de un Municipal que no dejará colgados a los suyos, algo que sí se ha hecho desde los despachos.
Como si de un tribunal futbolístico se tratase, el Camp Nou Municipal juzgaba sendas situaciones delicadas (extradeportivas para unos, deportivas para los otros) del Reus y el CD Numancia en Segunda. Y ese juicio rápido acabó en tablas. Quizás acabasen más ¿contentos? los catalanes debido a los atenuantes. La condición plateada del Reus pende de un hilo y la Avellana Mecánica juega cada partido como si fuera el último. No hay un mañana para el Reus. Su realidad es tan confusa como difusa,.
A dos carrillos, se mascaba la tragedia. Por su parte, el Numancia prolonga su desamor con Tarragona, donde no gana desde la temporada 2009-10. En la rabiosa actualidad, los de López Garai no sólo no ajusticiaron a un rival tocado, sino que se acercan más al descenso, pues mañana juegan todos los que le soplan en la nuca: Rayo Majadahonda, Elche, Zaragoza y Lugo. ¡Qué Dios pille confesado al Numancia, el cual no es capaz de salir del laberinto! Los numantinos agrandan su crisis: cinco jornadas sin ganar, condecoradas con tres empates y dos derrotas seguidas en Los Pajaritos.
En medio de la tétrica sintonía que se interpretaba cerca de uno de los mayores parques temáticos de Cataluña y Europa, el Numancia encontró su atracción perfecta en Port Aventura: Fran Villalba fue su Dragon Khan. López Garai le lavó la cara a la parcela defensiva, introduciendo a Derik Osede en el eje y a Cristian Ganea en el flanco zurdo, y el cuadro soriano subsistía al principio tirando de contragolpes poco productivos. El Reus le privaba de un protagonismo que busca permanentemente la estructura de Soria.
Se fue diluyendo el Reus, como un azucarillo en el café, al paso de los minutos. El Numancia asumió el domino frente a la parroquia rojinegra, abrigada con bufandas y gorros. ¡Tócala otra vez, Gus Ledes! Bien podría ser el último repertorio del Reus en un santuario que nunca le ha dejado solo. A Fran Villalba se le encendió la bombilla y dio rienda suelta a su imaginación. El jovencísimo che, a quien el Reus paró con faltas una tras otra vez en la primera mitad, se gustaba: conectaba y liberaba a Diamanka, y se asoció con Oyarzun en el minuto 22 para establecer el 0-1. Catena se introdujo ese centro de Alain, el cual buscaba a Guillermo en el primer palo. Primeramente, Pape Diamanka, desplegando sus virtudes físicas y funcionales durante parte del encuentro, rozó el 0-1. El senegalés condujo la bola y armó su pierna diestra para hacer intervenir a Pol Freixenet sobre el minuto 20.
Se liberaba el Numancia, quien hizo del Municipal su sitio de recreo. Encontraba espacios y campaba a sus anchas. Por otro lado, el Reus, quien apenas buscaba las cosquillas a los numantinos, había dado un paso atrás en su casa. Se había quedado sin balas. El arquero catalán tuvo que volver a sacar las manoplas para despejar por alto un centro-chut de Yaw Yeboah.
El cuadro de Soria ya visualizaba su primera victoria a domicilio. Justo empezar el segundo acto, David Querol quiso engañar a Ocón Arráiz. El ‘7’ del Reus se adentraba hasta la cocina y se dejó caer ante la intimidación de Derik Osede. ¡Piscinazo! El colegiado no cayó en la trampa. Primera ocasión en la que ‘Pichu’ Atienza se quedó pidiendo un fuera de juego que no señaló el árbitro.
Achuchaba el Reus, agobiando con ligereza, hasta que el Numancia volvió a impartir parsimonia en Tarragona. Paredes, balones atrás, tiki-taka y control absoluto del juego. Posesión y más posesión ante un conjunto catalán que tal y como vino, se fue. Se volvió a apagar, como ya le ocurrió en la primera mitad. El Numancia, nuevamente en su salsa. Remaba en un mar en calma. A todo aquello, un desacertado Guillermo se echó dos veces las manos a la cabeza: mandó a las nubes un centro con música de Unai Medina y no supo empujar un pase de la muerte de Marc Mateu, el recambio de un intermitente Yeboah.
Después de los perdones del ariete vasco, llegaron los fatídicos últimos minutos. En un remanso de paz establecido por el Numancia, David Querol no alcanzó el primer arrebato de los locales. Gus Ledes la colgaba, Olmo la prolongaba y el atacante catalán no llegaba a culminar esa acción en el segundo palo. Corría el minuto 89 y al Reus le sonó la flauta. Querol, esta vez, sí pudo ser el encantador de serpientes. Fusiló a Juan Carlos desde la derecha mientras la retaguardia del Numancia se quedó pidiendo, y protestando después, un fuera de juego inexistente.