El futbolista de Silla (Valencia), que dirige actualmente al Córdoba Juvenil en División de Honor, rememora su paso (1998-19) por Soria y el Numancia, "lo mejor que me pudo pasar en el fútbol”. Fue el pichichi (18 goles) de esa escuadra soriana que acabaría ascendiendo a Primera.
“Hoy es siempre todavía” en Soria. La estrofa de un ilustre Antonio Machado cobró a día de hoy, 19 de enero de 2019, más sentido que nunca, pues dos décadas, 20 años, llamaban a las puertas de Los Pajaritos. Querían entrar y rememorar un glorioso pasado. Y accedieron. Le robaron el turno al presente, al Numancia-Córdoba de la vigésimo segunda jornada de Segunda división. Tierraquemada recapituló, regalándole a la parroquia rojilla un episodio de la leyenda de Numancia. Javier Castaño realizó el saque de honor y Los Pajaritos soplaba las 20 velas de un pastel que compartió con todos aquellos 'valientes' que decidieron bajar a pasar frío en medio del aguanieve. Por ahí también andaba un '9' como la copa de un pino, quien, por supuesto, no falló a la cita y se sumó a la causa:
Javi Moreno se situó a la altura de “Raúl, Diego Tristán, Salva Ballesta, Urzaiz”, Raúl Tamudo, etc. A principios de los 2000 le llegó el momento a esta referencia ofensiva y nacional en el panorama futbolístico. Pero es que previamente, el futbolista valenciano que acabaría glorificándose en el ‘Glorioso’ Euro Alavés, recaló en una Soria (1998) que le permitió centrarse y dar prioridad absoluta al fútbol. Era joven y “rebelde” –tenía 24 años– y su alma estaba un tanto “alocada”. El hecho de desembarcar en Castilla “fue lo mejor que me pudo pasar en el fútbol”. El Alavés lo cedió al Numancia, y en Soria “centré la cabeza y me dediqué a jugar al fútbol. Soria y el Numancia me dieron esa oportunidad”, valora Moreno.
Presenció en Los Pajaritos un Numancia-Córdoba (3-2), una entidad califa de la cual él gestiona su escuadra en División de Honor. Corazón dividido para Javi. Durante un breve periodo (1998-1999) Soria fue su casa y el volver le suponía “felicidad y satisfacción”, porque se encontró “a gente y a compañeros que hacía 20 años que no veía”. Se refiere a ellos como “amigos”. Allí, junto a ellos, “compartí un año muy bonito”, subraya Moreno a Soria Noticias.
Le viene a la memoria aquel Numancia 1998-99, “un equipo muy humilde” que se centró desde el minuto uno “en conseguir la permanencia, el objetivo”. Intentaban “no sufrir”. Luego, se amarró lo gordo: “A raíz de esa permanencia, ya pensábamos en otro objetivo, el ascenso”, apunta el mítico futbolista de los 2000. Que aquel bloque fuese tan “bueno y sano” le permitió a ese Numancia lograr “el éxito y el ascenso que conseguimos”. Primera conquista en Segunda que guiaría a Soria hasta la élite del fútbol español.
Que el Numancia se elevaste hasta el cielo lo propició, en parte, el que salió de la cantera del FC Barcelona. Moreno fue el pichichi, 18 goles, de ese Numancia, el cual cumplía su segundo curso en Segunda división. “Cuando llegué, Lotina ni me conocía. A principio de temporada (pretemporada), no contaba mucho conmigo”, narra el actual entrenador del Córdoba Juvenil. Pero, a medida que Miguel Ángel observaba las virtudes de aquel matador, Moreno se hizo con la posición del ‘9’. Aunque, “en principio, de los delanteros que había, yo era el último…”, recuerda el de Silla.
Se ‘rehabilitó’ futbolísticamente en Soria, en la que el Numancia es un club trampolín y reivindicativo para una serie de futbolistas que desde allí regresan, a base de trabajo y concentración, a la primera línea de la actualidad balompédica. Javi Moreno “se dio a conocer” en Los Pajaritos. Se presentó en sociedad, sintiéndose “un futbolista importante” en aquellos entonces. Según su criterio, “la ciudad me dio esa estabilidad que muchas veces la gente joven necesita: estar en un sitio en el que no haya mucho jaleo”, determina. El silencio y la paz de Soria provocó la reconversión de Javi Moreno.
Se acuerda de la gente “llana, agradable y campechana” de Soria. Aquella ciudad “encantadora”, a la cual ha vuelto de vez en cuando con su mujer para “dar algún paseo”, le maravilló. Siempre que puede, va. Hubo la opción de que Javi Moreno prolongase su vinculación con el CD Numancia en Primera división, pero “después de que el Alavés y el Numancia hablasen tras la temporada 1998-99, no llegaron a un acuerdo”, apunta el exfutbolista. Un tira y afloja: “Supongo que el Alavés quería que me comprasen; el Numancia quería otra cesión”, explica.
De hecho, el club babazorro no sólo privó a Moreno de seguir defendiendo el escudo numantino, sino que al cabo de dos cursos (2001), el Alavés fichó a Rubén Navarro, delantero de las características de Javi Moreno, quien había militado en el club soriano mientras ese se mantuvo durante dos cursos en la élite.
Acertó el Alavés quedándose con un Moreno que acabaría siendo internacional con la selección española. El momento más sonado de un club vitoriano que marcaría una época y un antes y un después en la LFP transcurrió en Dortmund (2001), cuando Mané Esnal, Javi Moreno, Karmona, Contra, Jordi Cruyff y compañía asombraron a Europa, plantándose en la final de la UEFA (Alavés-Liverpool).
El gol de oro (4-5) le enseñó al autor de dos goles en esa finalísima la cara más amarga del fútbol a Moreno, quien siempre dice que “yo no tengo esa copa en sí, pero mentalmente me siento ganador: el último gol nos lo metimos nosotros”. Además, el Euro Alavés le dio “un repaso” a uno de los mejores equipos de Europa; otro triunfo para aquel Alavés “tan humilde”. El Liverpool estuvo “entre la espada y la pared”. Se siente “campeón” de esa final. Tras aquel éxito que no fue, Javi Moreno amplió sus horizontes: Milán, Atlético de Madrid y Bolton. Aproveció un tirón que se ganó a base de encañonar con goles.