En 2018, se constituyó el primer equipo de féminas, que sujetan en stick, en el San Andrés. “El hockey existe, pero las chicas sorianas no tiran hacia él”, manifiesta su entrenadora.
Las nuevas generaciones femeninas de Soria han decidido empuñar el stick y el Laguna Negra Hockey Club de Soria ha pasado a la acción para hacer historia. La sección femenina (sólo entrenaban) que se implantó en 2017 en la entidad fue un serio aviso; en 2018 se constituyó el primer equipo femenino que tendría el Laguna Negra.
Inés, Naiara, Paula Fernández, Paula Deza, María Madruga, María Redondo, Julia Fernández, Nuane y Elsa, la pequeña portera de la clase, le dan más sentido a una estructura modesta y familiar que adopta un carácter más igualitario.
Ese plan femenino está orquestado por Laura Redondo, una mítica exjugadora del Laguna Negra que ha encontrado su sitio en el banquillo, pues lidera y dirige el primer equipo de féminas del que dispone el club en la Liga Interautonómica. “Prefiero enseñarles lo que sé y estar al otro lado de la pista”, reconoce Laura. Deja la puerta abierta: “Nunca se sabe...”. El volver a la pista y jugar con esa nueva escuadra, “en el aire”.
Redondo les dice "muchas veces" a las que integran el nuevo Laguna Negra femenino que "disfruten de esto que tienen, ya me hubiese gustado a mí tenerlo a mí”.
Cuando los resultados son lo de menos. Porque “a veces, no es lo importante. Valoro que aprendan lo que les enseño. Me da igual un 10-0”, explica la entrenadora sobre una situación clasificatoria que no es boyante. Este Laguna Negra femenino tiene “vocación defensiva”, ya que “contra los que jugamos son mejores que nosotras”. Aunque, son como Numancia, nunca arrojan la toalla.
Crean “compañerismo” mientras toman los autobuses que las llevan lejos de Soria para medirse a clubes norteños. Con la fundación de esta escuadra femenina se ha plantado la primera semilla, sin embargo, “esto tiene que continuar creciendo”. Pero, Laura es realista: “El hockey existe, aunque las chicas sorianas no tiren hacia él”, manifiesta.
En la pista, Elsa, la Benjamina, explica que no le incomoda entrenar siempre con los chicos. La arquera, a quien le gusta estar más “dentro” que “fuera” de la portería, es la única fémina (entre las ocho restantes) que tiene que jugar, por ahora, en un equipo mixto.
María y Naiara, en pleno Bachillerato, tienen más experiencia y edad que Elsa. “Nos costó tirar de las pequeñas, pero somos una piña”, sitúa María. Por su parte, Naiara, orgullosa de esa “unión”, apuesta por ser el espejo de las nuevas generaciones. María, este curso, no le da mucho valor a los resultados porque “no es lo importante”. Está más pendiente de que dejen jugar a las chicas “en todas las categorías”.
Tres chicas del Laguna Negra finalizan su etapa en el Bachillerato y no se atreven a asegurar su continuidad en el equipo.