El economista de Villadiego (Burgos) confiesa que “el mundo no se acaba en 2 días. Hace falta más rigor y menos decir por decir” en una de sus entrevistas más personales.
Pregunta: ¿Qué es lo último que hace antes de acostarse?
Respuesta: Leer. Normalmente leer, también veo en ocasiones la tele, pero leer.
P: Cuando tiene una tarde libre, ¿a qué le gusta dedicarla?
R: Normalmente no tengo ninguna tarde libre pero... Leer también
P: ¿Libro o película?
R: Cualquiera de las dos. Yo disfruto mucho con el cine, pero también con los libros. No es una escisión. Hasta hace no mucho me quedaba dormido viendo Elementary en Netflix. Me gusta mucho el género policiaco, el thriller.
P: Recomiéndeme un libro y una película.
R: Película, por ejemplo, la última que he visto: Roma. Me parece un peliculón. Libros hay varios, leo varios al mismo tiempo, y ahora mismo me está gustando mucho uno que se llama 'El triunfo de las ciudades'. Los concejales del Ayuntamiento se lo deberían leer.
P: ¿Qué música pone cuando se ducha?, ¿Canta?
R: Cuando me ducho escucho Radio Nacional. Suelo escuchar sobre todo Radio Nacional, por un lado la música y por el otro las noticias. Procuro llegar a las temperaturas para saber cómo tengo que salir a la calle.
Sobre la música, me encanta la música clásica Mozart, Wagner, Mahler... Pero también me gustan cosas actuales como Mecano, me parece de lo mejor que tenemos de música pop. Cuando trabajo me pongo lo mejor de Mozart, que son 2 horas, y tira millas.
P: ¿Cuál es su palabra favorita?
R: Rigor. Yo creo que últimamente rigor. No en el sentid de darte con un látigo pero si de analizar las cosas estudiándolas, trabajándolas. Hay una frivolidad y un decir por decir que a mí me repatea. Macho que el mundo no se acaba en dos días, no puedes tomar decisiones de forma precipitada que luego van a complicar la vida a generaciones posteriores. El análisis brilla por su ausencia hoy en día. La clave está en trabajar, en ser constante, en ser riguroso.
P: Si pudiera viajar en el tiempo, ¿iría al pasado o al futuro?
R: No tengo ningún interés en el futuro. No me gusta la ciencia-ficción ni las novelas de futuro. Yo cuando voy a ver una película o leer un libro necesito que sea creíble, que no me cuenten una milonga. Me interesa el futuro a corto plazo, pero eso es presente. Al pasado iría a muchos sitios, desde la guerra civil, la época de la revolución francesa, el descubrimiento de América, el hombre primitivo, Numancia... Hay muchos momentos en los que me hubiera gustado estar.
P: ¿Cómo era en el colegio?
R: En la escuela, el primero de la clase. En casa éramos 5 y yo me levantaba por la mañana pronto a estudiar antes de ir a clase para pillar la cocina vacía.
P: ¿Era muy fiestero?
R: Yo he crecido en el Franquismo. Había pocas cosas para hacer fiestas en aquel momento. Nosotros organizábamos recitales, ciclos de cine... Yo no recuerdo guateques ni Cristo que lo fundó. Recuerdo la lucha política y sí, irnos de cañas pero ya con los compañeros.
P: Dígame un país al que haya viajado y le haya impactado.
R: Para mal, Marruecos, me impacto para mal lo que ví en Marrakech. Hay que ir allí para saber qué país tenemos. Tenemos un país de puta madre. No hay color, allí eres un guiñapo. Me detuvieron porque había perdido el pasaporte y el trato que te dan no tienen nada que ver con el que te dan aquí. Te hablo de 10 o 15 y pude volver a España de casualidad. ¿Cosas buenas? Estocolmo, Suecia, Italia, Alemania... Todo depende de la posición del viajero.
P: Y algún viaje que tiene pendiente...
R: Argentina, tenemos unos amigos argentinos, conozco a la presidenta del centro soriano en Buenos Aires... Pero tienes que encontrar un hueco porque a Argentina tienes que ir, por lo menos, 15 días.