En Castilla y León, este tipo de vehículos está implicado en el 11%, 0,5% y 11% respectivamente de los accidentes con víctimas en vías interurbanas.
La Dirección General de Tráfico, a través de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil se suma a la campaña de control de vehículos destinados al transporte de mercancías y personas (Operación Truck and Bus) que la organización Internacional de Policías de Tráfico (TISPOL) pone en marcha desde hoy y hasta el 24 de febrero.
La campaña tiene como objetivo controlar a camiones, autobuses y furgonetas que en 2017 en vías interurbanas estuvieron involucrados en un 11% 0,5% y 11% respectivamente de los accidentes con víctimas en Castilla y León.
Durante una semana, los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, incidirán en la vigilancia y control de aspectos tales como la velocidad a la que circulan, las horas de conducción y descanso, el tacógrafo, el exceso de peso, los posibles defectos técnicos del vehículo o la seguridad de la carga transportada. También comprobarán que la documentación del vehículo y del conductor es la correcta, que la conducción no se realiza bajo los efectos de alcohol u otras drogas o que todos los ocupantes del vehículo hacen uso del cinturón de seguridad.
La vigilancia se realizará en toda clase de vías y a cualquier hora del día, especialmente en aquellas carreteras en que la intensidad de la circulación de este tipo de vehículos es mayor.
Según Ana Blanco, subdirectora adjunta de Circulación de la DGT “La realización de este tipo de campañas por las distintas policías de tráfico europeas demuestra que las preocupaciones por la seguridad vial son las mismas. Además ha añadido que “la importancia que tiene el transporte de mercancías y de personas por carretera, hace necesaria una vigilancia especial, si se tiene en cuanta que son vehículos de dimensiones mayores que el esto y que en caso de estar implicados en un accidente, suelen ser más lesivos”.
Los últimos datos disponibles sobre vehículos pesados y autobuses publicado por el Observatorio Europeo de Seguridad Vial (ERSO) establece que en 2016, aproximadamente 4.000 personas* murieron en accidente de tráfico en los que estaba involucrado algún vehículo de mercancías de más 3,5 toneladas y 600 en accidentes en los que estaba involucrado un autobús o autocar en España.
En Castilla y León en 2016, 40 personas murieron en accidente de tráfico en todas las vías (interurbana y urbana) en los que estaba involucrado algún vehículo de mercancías de más de 3,5 toneladas y 7 en accidentes en los que estaba involucrado un autobús.
La tasa de mortalidad media en la UE en accidentes relacionados con vehículos pesados es de 8,1 por millón de habitantes y de 1,2 por millón de habitantes para los accidentes de autobuses o autocares, que en el caso de España es de 6,1 y 1,4 respectivamente.
En 2017 las furgonetas estuvieron implicadas en 453 accidentes con víctimas en las que fallecieron 25 personas* en las vías interurbanas y urbanas en Castilla y León. Respecto a los camiones de más de 3.500 kg y autobuses, éstos se vieron implicados en 396 accidentes con víctimas, en los que fallecieron 55 personas (ocupantes de dichos vehículos o de terceros, es decir, personas que viajaban en el momento del accidente en otro vehículo distinto al camión o bus que se vio implicado en el accidente).
La mayoría de los accidentes con víctimas y fallecidos en los que estaba implicado un camión tuvo lugar en vías interurbanas, situación contraria en el caso de que el vehículo implicado fuera un autobús, donde el mayor número de accidentes se produjeron en vías urbanas. La distracción es una de las principales causas de la accidentalidad en este tipo de vehículos.
Con el objetivo de mejorar la seguridad vial del transporte por carretera la Dirección General de Tráfico comunica a la Dirección General de Transporte Terrestre las sanciones cometidas por conductores profesionales reincidentes para que realice las investigaciones pertinentes sobre las empresas para la que trabajan y estudiar la posibilidad de que las empresas que incurran en las faltas más graves pierdan la capacidad para operar en el mercado.
Otra de las medidas adoptadas para reducir la siniestralidad de este tipo de vehículos es la discriminación que hacen los radares por tipo de vehículo que ha cometido la infracción para sancionar en función de la limitación específica aplicable a cada uno.