Elecciones

El anuncio de convocar elecciones por parte del señor que escribió el Manual de Resistencia, cuya primera decisión política como Presidente del gobierno de España fue renovar el colchón, que cita a San Juan de la Cruz en Salamanca “como decíamos ayer….”, y ni pestañea cuando le decimos hoy, que la célebre frase se atribuye a Fray Luis de León al regresar a ocupar su cátedra tras años encarcelado por la inquisición, ha abierto el baile.

La incertidumbre se ha apoderado del interior de las formaciones políticas y de sus integrantes, ante este escenario repleto de posibilidades en el que luchan por un puesto los que están, los que quieren estar, y los que deberían ocuparlo. En todas las formaciones existe gente muy válida, en todas. Y en todas las formaciones existen mediocres que se cargan el buen hacer de gentes que han demostrado de sobra su valía para esto del servicio público. Pero si algo de bueno tiene Soria, es que nos conocemos todos, o casi todos. Sería muy recomendable que todos los partidos, por encima de los consabidos intereses personales, eligieran a los mejores para elaborar sus listas, no por las formaciones políticas en sí, de uno u otro signo, sino por Soria y los sorianos. Conviene contar con los mejores cuando están en juego los intereses de esta tierra que agoniza, porque cuando no quede territorio, no habrá intereses por los que luchar, ni particulares, ni generales. En esta tierra no podemos relajarnos, aquí hay que dar la batalla, aunque como dijo ayer Pedro Sánchez (o quizás lo dijo Alfonso Guerra), lo que más le pida el cuerpo a uno sea echarse a dormir.