El actual estilo de vida y el ritmo frenético y acelerado que llevamos, se ha convertido en uno de los grandes enemigos de nuestra salud, pero también de nuestra belleza. Un artículo de Lorena Martínez.
La solución es muy simple, solo tenemos que ser conscientes de ello. Ten más calma y apúntate a la belleza sin prisas, ganarás salud y serás mucho más feliz.
Desde que te levantas a primera hora de la mañana, hasta que te acuestas, el estrés, las tareas cotidianas y la falta de tiempo libre forman parte de tu día a día. Esta forma de vida se ha vuelto tan habitual que ya no nos sorprende. Sin embargo, el estrés es uno de los peores enemigos para nuestra salud y para nuestra belleza. Debemos apartar los nervios que se reflejan en nuestras líneas de expresión, en nuestro aspecto fatigado y en nuestra falta de luminosidad.
Además, nuestro sistema inmunológico cede ante un exceso de estrés y ansiedad, y puede provocarnos depresión, trastornos alimenticios o del sueño, bolsas, ojeras, enfermedades de la piel como la psoriasis, acné, eczemas, alopecia, herpes... Nuestras células se envejecen. Por ello, debemos ponerle freno a esto y relajarnos. Deberíamos dedicar diariamente, por lo menos, 10 minutos a la meditación. De esta forma, seríamos conscientes de nuestro cuerpo y de las necesidades que tenemos. Además, puedes aprovechar a ponerte una mascarilla en la piel o en el pelo mientras te relajas.
Hemos llegado incluso al extremo de que, muchas veces, ni siquiera disfrutamos de lo que hacemos por placer. No es normal estresarnos por llegar tarde a un masaje relajante, o por no tener tiempo de acudir a la siguiente cita. Por eso, aprende a tener una agenda en la que nunca incluyas nada que no puedas hacer, porque crea ansiedad.
Por ejemplo, ¿cuántas veces dices que no te pones hidratante después de la ducha por no tener tiempo? Si nos paramos a analizar esta frase es una exageración, ya que ¿cuánto tiempo tardaríamos realmente? Un par de minutos o cinco a lo máximo. Cuando nos ponemos crema, además de tratarnos nos sentimos mucho mejor, y es por ello por lo que no podemos descuidarnos.
Un ritual básico diario podría ser el siguiente: 5 minutos para el rostro (limpiarlo, hidratarlo y tratarlo), y otros 5 para el cuerpo. Una vez por semana, a modo de homenaje, podemos exfoliar nuestro rostro y el cuerpo, y aplicar después una mascarilla purificante y otra hidratante. Esto nos puede llevar un máximo de 30 minutos en total.
Realmente, una buena organización, puede hacer que te sientas mejor por dentro y por fuera. Intenta organizarte sin estresarte. Es decir, si organizas tu comida desde el día anterior, y no nos estamos refiriendo a que la dejes hecha sino a que la planifiques, seguramente tu alimentación será más equilibrada y completa. Esto hará que mantengas los kilos a raya y que te sientas mejor. Si no tienes tiempo para peinarte por las mañanas, acude a la peluquería y hazte un corte cómodo, con el que puedas lidiar cada mañana en pocos minutos. Si no te da tiempo a tener una manicura perfecta, con media hora que puedas sacar en tres semanas puedes acercarte a un centro de belleza, para que te realicen una manicura semipermanente. Una vez retirada esta, puedes optar también por unas uñas limpias y cortas que siempre resultan muy naturales.
Y, por último, el último consejo es que aproveches los movimientos diarios para hacer ejercicio físico. Si se te cae algo al suelo, aprovecha para hacer una sentadilla. Si tienes que limpiar, aprovecha para hacerlo bailando o con estiramientos, y así te puedes poner en forma. Mientras estés en la oficina, puedes realizar pequeñas contracciones en tu estómago para tonificarlo y hacerlo más esbelto. Son pequeños trucos que puedes hacer a diario para sentirte bien. Para, respira y oxigena tus células para estar más saludable por dentro y por fuera.