Multitudinaria asistencia en la marcha senderista de Villar del Río

Con motivo de la festividad de la Cruz de Mayo el día anterior, Villar del Río celebraba este sábado su XII Marcha Senderista que congregaba a cerca de 200 caminantes del ámbito de Tierras Altas y también de fuera, como la provincia, La Rioja, Navarra y zonas limítrofes al municipio.

La caminata se iniciaba a las nueve de la mañana en la plaza de la localidad del valle del Cidacos, para un recorrido continúo que discurría por el Camino de la Dula, por donde antes el ganado caballar era trasladado a los pastos comunales. Después, los senderistas atravesaban la dehesa de Villar del Río hasta llegar a Yanguas, localidad vecina y por la que entraban por el puente sobre el cauce fluvial mencionado. Tras dejar atrás la iglesia del Santo Cristo el itinerario ascendía por las laderas del sur hasta coronar los pinares que crecen en este área.

Allí, en los Altos de Valdecastillo, era el lugar lugar para el tradicional almuerzo a base de buenos bocadillos de chorizo regados con vino y diversas bebidas refrescantes. Los casi 200 participantes agradecían el descanso tras haber recorrido ya ocho kilómetros de ruta, a través de caminos y senderos entre riscos, pinares, estepas y brezos en flor. Las aguas caídas en días pasados junto al sol que lucía ya al comienzo de la mañana, y alguna racha de aire que también acompañaba permitían divisar paisajes muy coloristas, propios de la primavera.

Tras reponer fuerzas, el trazado continuaba por el paraje de Las Tejeras hasta descender a la presa del río Masas para, de nuevo, sortear un repecho y alcanzar los Altos de la Mata, aldea despoblada hace ya más de treinta años. Tras cruzar la carretera provincial de Diustes y Camporredondo, los caminantes se dirigieron dirigió hasta La Fuente del Cuervo, regresando nuevamente al término municipal de origen, y, cruzando el río Rinaragre, por el Camino de los Hombriazos llegaban a la plaza de Villar del Río donde finalizaban los casi 18 kilómetros de andadura.

Hacia las once y media, los más andarines ya habían finalizado el recorrido, otros, los más bajos de forma, o que habían parado a disfrutar más de los cumplían la distancia después. Así, a las dos de la tarde se dio por finalizada la caminata.

Hacia las tres y media de la tarde llegaba la hora de la comida, donde los casi doscientos cincuenta comensales disfrutaron de unas buenas sopas de ajo y un rancho de cordero con patatas del Valle del Cidacos.

La tarde continuó entre risas y algunos cánticos típicos de la localidad, para dar paso a la noche tras un ajetreado día de fiesta, pero ésta no había finalizado. Para la mañana siguiente estaba había convocado una vereda a la que acudieron numerosos hijos del pueblo y visitantes. El paraje de La Pinilla y El Rosco necesitaban ya una buena limpieza.

Al inicio de la ruta senderista, así como durante su transcurso, vecinos de Villar del Rio y de la demarcación soriana del Cidacos juntos con otros llegados volvieron a concentrarse para solicitar la reapertura de la farmacia comarcal ubicada en el pueblo.

Como en ocasiones anteriores los organizadores destacaron la colaboración de los vecinos en la limpieza y señalización del recorrido en los veinte días anteriores a la cita, así como la buena organización de la asociación La Peseta y El Rosco en colaboración con Sendas Vivas.